Arturo Escalante Aguilar en su blog Escribiendo desde la Victoria publicó un extenso e interesante artículo donde analiza profundamente las derivaciones del fraude de los Niños Índigo en el artículo De la Ficción a la Realidad. Los Niños Índigo.
Desde ¿Los Niños Índigo? recomendamos su lectura para todos aquellos que todavía creen en las fantasías New Age o para quienes tienen dudas acerca de esta impostura.
CARLOS Q.
Este blog tiene como objetivo compilar los artículos que discuten racionalmente el concepto de Niños Índigo, y sus secuelas como Niños Crystal. Se invita a aquellos que sostienen la existencia de estos supuestos nuevos niños a que presenten las pruebas que así lo demuestran. Se aceptan comentarios, excepto los que promocionen las pseudociencias, los que publiquen correos privados o sean irrespetuosos.
23.10.09
Niños índigo: ¿Espiritualidad o Racismo Energético?
Por F. Fernando Ruiz-Torres*
"La eugenesia (buen gen), filosofía social que propugna por la mejora de los elementos hereditarios de los seres vivos mediante varias formas de intervención, es positiva cuando se aplica a la selección artificial en plantas y animales útiles al ser humano. Es negativa cuando se aplica a los seres humanos porque, en el fondo, pretende imponer ideologías con elementos racistas. Los criterios de selección son, en el caso de niños índigo, atributos que, elegidos arbitrariamente, benefician a cierto grupo selecto y perjudican a otro, lo que es absolutamente inadmisible."
Leos K. Felton.
"La teoría de la inteligencia superior es muy conveniente para los que ocupan los peldaños superiores de la escala social y económica. Esta postura es totalmente coincidente con la teoría de la raza superior y los subhumanos, curiosamente sostenida por la biología y sociología nazis."
Isaac Asimov.
Cierta persona del medio esotérico de la Ciudad de México, allá por el año 2003, hizo un ‘análisis’ de aura y otras pruebas a un niño de aproximadamente nueve años de edad.
La mamá -mujer humilde- y él, esperaban ansiosos el dictamen. Luego de unos minutos de espera, la experta sentenció con frialdad: ‘Lo siento señora, su hijo no es un niño índigo’.El rostro del niño evidenció que había recibido la noticia con gran pesar, la madre lo miró un tanto desilusionada, pagó el ‘estudio’ y sin decir nada más que dos o tres palabras, salió del lugar.
Hace tiempo se pensaba que los seres humanos estábamos divididos por razas.
Ahora esto es anacrónico, de acuerdo a los recientes descubrimientos genéticos se sabe que somos una sola raza, el color de la piel nada tiene que ver con el viejo concepto de la diferencia racial. Así es que si la ciencia ha abolido la diferencia racial y las luchas sociales han logrado cierta igualdad de derechos, el ego colectivo ( ha inventado una manera novedosa para otorgar privilegios y marcar diferencias de superioridad, o insinuar la inferioridad, de un(a) niño(a) con respecto de otro(a): el color predominante en el aura (añil o azulado), que denotaría superioridad mental y espiritual.
Conozco a un matrimonio en California que tiene dos hijas, una de ellas –me dicen- es ‘índigo’, la otra es ‘normal’.
La índigo va a una escuela especial para niños índigo y sus padres la tratan bajo el código índigo: seguridad y respeto, no violencia, amor y verdad. Y como la otra es ‘normal’, entonces el trato para ella es… ‘normal’. Además, la índigo tiene unas maneras despectivas, humillantes, hacia su hermana ‘normal’, los padres lo permiten y justifican porque entre otras los ‘índigo’ –afirma la teoría- llegan al mundo sintiéndose reyes y se comportan como tales; parecen ser antisociales, a menos que se encuentren con personas como ellos.
Esta arrogancia permitida y el hacerlos cómplices de nuestros sueños de tener un niño genio o especial (secreto de muchos mamás y papás), puede ser muy delicado para su sano desarrollo psíquico. En todo niño, sin excepción, es incluso necesario hacerles sentir que son maravillosos, capaces de lograr grandes cosas y, en cierto sentido, especiales, pero jamás, por ningún motivo, enseñarles que son superiores a otro semejante.
Los conflictos que llegan a desarrollar por su precoz prepotencia, por las presiones, expectativas y frustraciones por parte de sus padres son, créanme, devastadores.
Un segundo tema es que los ‘índigo’, según esa versión, suelen ser hiperactivos y de poca concentración especialmente escolar. Así, un analista esotérico poco versado en la ciencia del comportamiento infantil, al detectar estos síntomas, puede que determine que se trata de un ‘índigo’ cuando en realidad el menor pudiera padecer un síndrome llamado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) que se presenta con frecuencia en los niños, cuyas causas pueden ser diversas, y su identificación y tratamiento oportunos pueden prevenir muchos de los problemas asociados con este síndrome. Una confusión en este sentido, o peor, dejarse llevar por el criterio ‘índigo’ de que es así porque no se adapta al mundo convencional por su ‘linaje extraterrestre’ es de consecuencias para el niño.
Aclaro que este artículo no es para promover a los grandes laboratorios farmacéuticos que han puesto los ojos en un mercado sensible lo que les ha generado ya jugosos dividendos, personalmente estoy en desacuerdo con que el tratamiento de TDAH –salvo en casos severos- sea con uso de cafeína, nicotina o fármacos psicoestimulantes (especialmente la controvertida ritalina). Hay tratamientos psicoanalíticos alternativos, serios, con muy buenos resultados.Nuevas marcas medicamentosas que ofrecen milagros (sin decir nada sobre los efectos secundarios) se están colando peligrosamente en las escuelas, lo mismo sucede con la promoción y la explotación comercial del llamado fenómeno índigo.
Tampoco pretendo anteponer la ciencia racional sobre la ciencia intuitiva, ambas tienen mucho que aportar a la humanidad. Y si bien los partidarios de una corriente excluyen a la otra, creo que ambas tendrán, alguna vez, que trabajar juntas. La lectura del aura con aparatos sensibles de medición de energía que envuelve a los organismos vivos es todavía polémica igualmente su interpretación; además ésta se sustenta en un código de colores cuya lectura es bastante simplista. Una tonalidad, al igual que un sueño, puede dar lugar a varias interpretaciones y aún más, lo que pudiera traducirse como sano y espiritual pudiera ser el aviso de un síntoma.
No es preciso hacer estudios de aura para encontrar en cada nuevo ser que llena de luz a nuestro planeta con su sola presencia el hálito espiritual divino, el milagro de la creación.
Corresponde a ti como mamá, como papá, conservar esta llama: predicar con el ejemplo, enseñarle los más elevados valores espirituales, dedicarte a su formación interior, artística, física e intelectual cada día de tu vida, protegerlo de la andanada de estupideces mediáticas y de la manipulación mental de las nuevas tecnologías, hacerlo(a) sentir amado(a), único(a), irrepetible, pero hacerle saber que todo en el mundo es así. Enséñale a respetar a sus semejantes, a la naturaleza, muéstrale la sencillez y la compasión, que te vea orar o meditar, que encuentre en ti el espejo de la tolerancia y la armonía.
Enséñale a reír, reaprende a jugar, muéstrale la magia de los amaneceres y los atardeceres y, a su ritmo, el sentido de la responsabilidad y la disciplina. No es una fotografía de la más sofisticada cámara kirlian la que va a decidir si tu hijo(a) es ‘especial’ por cierto tono en su campo biomagnético, no tiene una máquina la opinión definitiva; la tiene, lo sabes, tu propio corazón.
*Publicado originalmente en Mamás y Bebés Blog Reproducido con autorización
"La eugenesia (buen gen), filosofía social que propugna por la mejora de los elementos hereditarios de los seres vivos mediante varias formas de intervención, es positiva cuando se aplica a la selección artificial en plantas y animales útiles al ser humano. Es negativa cuando se aplica a los seres humanos porque, en el fondo, pretende imponer ideologías con elementos racistas. Los criterios de selección son, en el caso de niños índigo, atributos que, elegidos arbitrariamente, benefician a cierto grupo selecto y perjudican a otro, lo que es absolutamente inadmisible."
Leos K. Felton.
"La teoría de la inteligencia superior es muy conveniente para los que ocupan los peldaños superiores de la escala social y económica. Esta postura es totalmente coincidente con la teoría de la raza superior y los subhumanos, curiosamente sostenida por la biología y sociología nazis."
Isaac Asimov.
Cierta persona del medio esotérico de la Ciudad de México, allá por el año 2003, hizo un ‘análisis’ de aura y otras pruebas a un niño de aproximadamente nueve años de edad.
La mamá -mujer humilde- y él, esperaban ansiosos el dictamen. Luego de unos minutos de espera, la experta sentenció con frialdad: ‘Lo siento señora, su hijo no es un niño índigo’.El rostro del niño evidenció que había recibido la noticia con gran pesar, la madre lo miró un tanto desilusionada, pagó el ‘estudio’ y sin decir nada más que dos o tres palabras, salió del lugar.
Hace tiempo se pensaba que los seres humanos estábamos divididos por razas.
Ahora esto es anacrónico, de acuerdo a los recientes descubrimientos genéticos se sabe que somos una sola raza, el color de la piel nada tiene que ver con el viejo concepto de la diferencia racial. Así es que si la ciencia ha abolido la diferencia racial y las luchas sociales han logrado cierta igualdad de derechos, el ego colectivo ( ha inventado una manera novedosa para otorgar privilegios y marcar diferencias de superioridad, o insinuar la inferioridad, de un(a) niño(a) con respecto de otro(a): el color predominante en el aura (añil o azulado), que denotaría superioridad mental y espiritual.
Conozco a un matrimonio en California que tiene dos hijas, una de ellas –me dicen- es ‘índigo’, la otra es ‘normal’.
La índigo va a una escuela especial para niños índigo y sus padres la tratan bajo el código índigo: seguridad y respeto, no violencia, amor y verdad. Y como la otra es ‘normal’, entonces el trato para ella es… ‘normal’. Además, la índigo tiene unas maneras despectivas, humillantes, hacia su hermana ‘normal’, los padres lo permiten y justifican porque entre otras los ‘índigo’ –afirma la teoría- llegan al mundo sintiéndose reyes y se comportan como tales; parecen ser antisociales, a menos que se encuentren con personas como ellos.
Esta arrogancia permitida y el hacerlos cómplices de nuestros sueños de tener un niño genio o especial (secreto de muchos mamás y papás), puede ser muy delicado para su sano desarrollo psíquico. En todo niño, sin excepción, es incluso necesario hacerles sentir que son maravillosos, capaces de lograr grandes cosas y, en cierto sentido, especiales, pero jamás, por ningún motivo, enseñarles que son superiores a otro semejante.
Los conflictos que llegan a desarrollar por su precoz prepotencia, por las presiones, expectativas y frustraciones por parte de sus padres son, créanme, devastadores.
Un segundo tema es que los ‘índigo’, según esa versión, suelen ser hiperactivos y de poca concentración especialmente escolar. Así, un analista esotérico poco versado en la ciencia del comportamiento infantil, al detectar estos síntomas, puede que determine que se trata de un ‘índigo’ cuando en realidad el menor pudiera padecer un síndrome llamado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) que se presenta con frecuencia en los niños, cuyas causas pueden ser diversas, y su identificación y tratamiento oportunos pueden prevenir muchos de los problemas asociados con este síndrome. Una confusión en este sentido, o peor, dejarse llevar por el criterio ‘índigo’ de que es así porque no se adapta al mundo convencional por su ‘linaje extraterrestre’ es de consecuencias para el niño.
Aclaro que este artículo no es para promover a los grandes laboratorios farmacéuticos que han puesto los ojos en un mercado sensible lo que les ha generado ya jugosos dividendos, personalmente estoy en desacuerdo con que el tratamiento de TDAH –salvo en casos severos- sea con uso de cafeína, nicotina o fármacos psicoestimulantes (especialmente la controvertida ritalina). Hay tratamientos psicoanalíticos alternativos, serios, con muy buenos resultados.Nuevas marcas medicamentosas que ofrecen milagros (sin decir nada sobre los efectos secundarios) se están colando peligrosamente en las escuelas, lo mismo sucede con la promoción y la explotación comercial del llamado fenómeno índigo.
Tampoco pretendo anteponer la ciencia racional sobre la ciencia intuitiva, ambas tienen mucho que aportar a la humanidad. Y si bien los partidarios de una corriente excluyen a la otra, creo que ambas tendrán, alguna vez, que trabajar juntas. La lectura del aura con aparatos sensibles de medición de energía que envuelve a los organismos vivos es todavía polémica igualmente su interpretación; además ésta se sustenta en un código de colores cuya lectura es bastante simplista. Una tonalidad, al igual que un sueño, puede dar lugar a varias interpretaciones y aún más, lo que pudiera traducirse como sano y espiritual pudiera ser el aviso de un síntoma.
No es preciso hacer estudios de aura para encontrar en cada nuevo ser que llena de luz a nuestro planeta con su sola presencia el hálito espiritual divino, el milagro de la creación.
Corresponde a ti como mamá, como papá, conservar esta llama: predicar con el ejemplo, enseñarle los más elevados valores espirituales, dedicarte a su formación interior, artística, física e intelectual cada día de tu vida, protegerlo de la andanada de estupideces mediáticas y de la manipulación mental de las nuevas tecnologías, hacerlo(a) sentir amado(a), único(a), irrepetible, pero hacerle saber que todo en el mundo es así. Enséñale a respetar a sus semejantes, a la naturaleza, muéstrale la sencillez y la compasión, que te vea orar o meditar, que encuentre en ti el espejo de la tolerancia y la armonía.
Enséñale a reír, reaprende a jugar, muéstrale la magia de los amaneceres y los atardeceres y, a su ritmo, el sentido de la responsabilidad y la disciplina. No es una fotografía de la más sofisticada cámara kirlian la que va a decidir si tu hijo(a) es ‘especial’ por cierto tono en su campo biomagnético, no tiene una máquina la opinión definitiva; la tiene, lo sabes, tu propio corazón.
*Publicado originalmente en Mamás y Bebés Blog Reproducido con autorización
21.8.09
Los niños no son índigos, son de color piel
Keith Coors
¿Acaso es tan difícil de ver? No hay niños color índigo, sólo hay niños del color de su piel. Y con esto quiero decir que esto de catalogar a los niños como índigo (supuestamente por el color de su vida, lo que eso sea), no es nada útil para nadie, y sí provoca una expectativa falsa sobre ideas que están muy lejos de la realidad.¿Que es un niño índigo?
Hace unos años escuché por primera vez esto de los niños índigos. Investigué un poco y descubrí que esta clasificación tiene que ver con lo que una persona de nombre Nancy AnnTappe afirma percibir alrededor de las personas. Ella misma describe esta percepción como una forma de sinestesia (lo que en su acepción sicológica significa "Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente", según la RAE), que le permite ver colores cuando conoce una persona. Según ella, por allá por la década de 1960, comenzó a percibir colores en las personas, detectando en algunos niños una coloración tendiente al azul (o índigo), color nuevo para su "experiencia colorida", y que además presentaban algunas características raras para aquél entonces.
Tappe afirma que fue la primera persona que identificó esta coloración como un cambio evolutivo en la humanidad. Afirma también que actualmente hay dos presidentes que tienen esa característica de "color de vida": Barack Obama y Rafael Correa (de Ecuador). Algunos de sus seguidores, notablemente Lee Carroll y Jan Tober, abundaron sobre el tema, hasta hacerlo harto popular, especialmente entre la gente que sigue el movimiento denominado de la "Nueva Era". Ellos definen al niño índigo así:
Es un niño que muestra una nueva y poco usual serie de atributos sicológicos con un patrón de comportamiento no documentado antes. Este patrón de comportamiento tiene factores comunes únicos que sugieren a quienes interactúan con los niños (los padres en particular) que deben cambiar la forma de tratarlos y de criarlos para poder lograr un equilibrio adecuado. Ignorar estos nuevos patrones de comportamiento es crear un desequilibrio potencial y una gran frustración en la mente de estas preciosas nuevas vidas.
La primera crítica es que ellos dicen que los atributos sicológicos de estos niños son poco usuales. Como comentaré más adelante, pueden ser poco usuales de acuerdo a ciertos cánones, pero no lo serían tanto si suponemos otras causas más comunes como "disparadoras" de ese comportamiento. Pero ¿qué características tienen? Si no se es la Sra Tappe (o alguno de sus enriquecidos seguidores) y no se tiene esa cromatográfica sinestesia ¿cómo identificar que un niño es o fue índigo?
Yo me hubiese imaginado algo así como una especie de ondas alfa del cerebro o un campo electromagnético identificable mediante instrumentos. Pero no es nada de eso, nada que pueda medirse o comprobarse en forma independiente. Es la visión de esta mujer y de los seguidores de su método, lo que hace que la clasificación se realice. Y algo más para los no sinestésicos como su seguro servidor, consistente en una serie de características observables, que listo a continuación (tomado del libro "Niños Indigo" de Lee Carroll y Jan Tober):
1. Ellos vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan como tales).
2. Ellos tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten esa misma sensación.
3. La autoestima no es para los Niños Índigo un gran tema de preocupación (ellos con frecuencia les dicen a sus padres "quienes son ellos" - los niños).
4. Ellos tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta (autoridad sin ninguna explicación o sin más alternativas).
5. Ellos simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos.
6. Se frustran con sistemas que son como rituales y que no requieren de pensamientos creativos. 7. Con frecuencia ellos tienen mejores formas de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo que los hace ser como rebeldes, inconformes con cualquier sistema.
8. Parecen muy antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con el mismo nivel de consciencia, a menudo se tornan retraídos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela es para ellos un sitio donde les es muy difícil socializar.
9. Ellos no responderán a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho").
10. Ellos sienten timidez en expresarle a usted lo que necesitan.
Pues estas descripciones me parecen a las características de los signos del zodiaco. Como que cualquiera puede entrar en el aro. Pero quizás no cualquiera. Si leemos con detenimiento estas características y las analizamos podremos entender que quizá algo más prosaico y mundano se encuentra detrás de este concepto que representa una supuesta evolución espiritual.
Empecemos con la primera: Ellos vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan como tales). Esto no tiene nada de especial. Todos los bebés recién nacidos manifiestan ese comportamiento. Ningún niño recién nacido pedirá las cosas por favor o expresará de manera educada que desea que le satisfagan sus necesidades (por razones obvias). Simplemente expresará un chillido que los padres deberán aprender a identificar de acuerdo con su origen: dolor, hambre, sueño, incomodidad, etc. Cuando los bebés crecen deben aprender a expresar sus necesidades con el lenguaje aprendido, pronunciando palabras al estilo de "leche", "agua", "duele", "duerme", "pica", etc. Más entrados en edad, se esperaría que los niños expresen sus requerimientos de manera educada, al estilo de "¿me das leche, por favor?". Si no lo hacen así, digamos, a los seis años de edad, quizás sea porque son índigos, pero quizás sea porque no se les ha educado bien. Si los padres han acostumbrado al crío a satisfacer sus necesidades sin que éste se los solicite de manera educada, así crecerá, ordenando como un pequeño tirano, para que le den sus satisfactores. Así que esta característica podría ser de índigo o de maleducado.
La segunda: Ellos tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten esa misma sensación. Esto es demasiado complejo. Es decir, me cuesta trabajo imaginarme a un niño que NO se sienta así. Una vez más, cuando el bebé recién nacido llora, es porque está reafirmando su presencia, su necesidad de atención. Si el bebé sintiera que "no merece" estar aquí, no lloraría, no expresaría nada y simplemente se dejaría morir. Este comportamiento de supervivencia es instintivo, TODOS los seres vivos nos aferramos a la vida de manera natural y con eso afirmamos nuestro deseo y voluntad de "merecer estar aquí". Quizá no decimos explícitamente "merezco estar aquí", pero lo expresamos cuando valoramos nuestra vida por sobre nuestra muerte.
La tercera: La autoestima no es para los Niños Índigo un gran tema de preocupación (ellos con frecuencia les dicen a sus padres "quienes son ellos" - los niños). Y es que otra vez, la autoestima es un concepto bastante complejo que no es motivo de preocupación para un niño recién nacido, ni siquiera cuando crece un poco más. Los mayores solemos preocuparnos por la autoestima de los niños primero que ellos. Un niño que comienza a tener problemas con su autoestima, NO identificará que TIENE problemas de autoestima.Un niño puede ser bastante competitivo, si ha crecido en un ambiente con hermanos que luchan por obtener los favores y satisfactores de sus padres. Pero también puede volverse retraído si es que con ese comportamiento genera lástima en los mayores, como para que se le atienda por sobre los demás que compiten. Si se trata del primer hijo de un matrimonio quizá no desarrolle este comportamiento competitivo desde pequeño, como consecuencia del trato con sus padres, pero a medida que el ambiente se puebla de otros niños (hermanos, primos, compañeros de juego o de escuela) entonces quizás se manifieste. Así que la autoestima no sería preocupación de ningún niño pequeño pues es un concepto que más bien preocupa a adultos.
La cuarta representa todo un reto: Ellos tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta (autoridad sin ninguna explicación o sin más alternativas). Imaginemos el siguiente escenario: Un niño de unos 6 meses de edad se enferma y es necesario inyectarlo. Por supuesto que protestará y se rebelará a la "autoridad absoluta" que implica tenerlo quieto un momento para que el médico o enfermera le aplique la inyección. Y entonces ¿cómo le explica uno a ese niño que es necesario que le inyecten para que se alivie? Es decir, uno puede hacerlo, pero dudo mucho que el infante siquiera comprenda, a esa edad, el concepto de enfermedad.Ahora bien ¿cómo enseñarle conceptos a un niño sin hacer uso de la autoridad? Imaginemos que a los dos años de edad se le enseña al niño el concepto de "electricidad". Alguien podría preguntar ¿Por qué enseñarle ese concepto? Simple, porque a esa edad son demasiado curiosos y resulta bastante prudente prevenir que introduzcan objetos metálicos en las tomas de corriente. Así que cuando uno le dice al niño "no metas ese objeto allí porque hay electricidad", uno tiene dos alternativas, o hacer uso del principio de autoridad paterna (o materna) o bien darle una descarga eléctrica para que aprenda el concepto por propia experiencia.Incluso podemos ir a más profundidad; no hay nada más autoritario y arbitrario que un idioma. Sería imposible enseñar un idioma a cualquier niño si éste cuestionara a cada momento ¿por qué llamarle leche a ese líquido blanco que me han dado desde que nací? Así que es probable que los autores de este libro jamás se preguntaran si es bueno tener una autoridad "absoluta" como padre al enseñar un idioma (el natal) a un niño. O quizás lo sepan pero de manera taimada lo eviten para vender su libro. Incluso en aspectos de alimentación, los padres inician la transición de sólo leche hacia vegetales, carne y harinas sin preguntarle al niño si eso es lo que quiere.Porque detrás del concepto de autoridad paterna (o materna), está el concepto de responsabilidad. Esta autoridad tiene su fundamento principal en la responsabilidad. Y la responsabilidad de la vida (completa) de los niños recae totalmente en los padres. Cierto, no todos los padres la tomamos como algo tan serio o absorbente, y esa quizá sea una causa de que los niños de ahora cuestionen esa autoridad. Los mismos medios masivos de comunicación fomentan de manera irresponsable el traslado de esa responsabilidad hacia modos menos efectivos (sobre esta muy personal opinión, prometo escribir una entrada en breve). Espero que baste un ejemplo sobre esto de la responsabilidad. Si a un crío de 3 años le permiten que tome la responsabilidad total de su alimentación, lo más probable es que escogería los helados, los dulces, las frituras y otros alimentos repletos de carbohidratos, y los combinaría con agua gaseosa endulzada. Evitaría el pescado y las frutas, y casi ni miraría a las verduras. Si le permiten a un niño de 6 años tomar la responsabilidad de su educación, escogería el CartoonNetwork, el Disney Channel, y otros similares, en lugar de ir a la escuela o leer libros.Por supuesto, si los padres hemos tomado a la ligera esa responsabilidad, un resultado casi obvio es que los críos cuestionen nuestra autoridad. Y no necesariamente como resultado de su "indiguez".
La quinta: Ellos simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos. ¿Por qué pensar que los niños están limitados como para NO hacer ciertas cosas? Se entiende que la paciencia NO es una característica infantil, y más bien los niños sanos son inquietos y difícilmente estarán tranquilos en una fila. Así que eso no tiene nada que ver con ser índigos, sino más bien con el aprendizaje del dominio de emociones, proceso por el que todos pasamos para llegar a la etapa adulta con madurez. Si un muchacho de 14 años no puede estar en una fila, no pienso que sea por ser índigo, sino por ser inmaduro. Respecto a otras "ciertas cosas" el propio libro aclara que "El aburrimiento puede traer arrogancia en los Índigo, así que no dejen que se aburran". Por lo tanto esas ciertas cosas serían las que, a juicio del niño, son aburridas. Pero seamos sinceros ¿Quien chingaos considera divertido estar formado en una fila?
La sexta: Se frustran con sistemas que son como rituales y que no requieren de pensamientos creativos. Esto le pasa a la mitad de la población, pero el ser creativo no necesariamente hace de un niño especial o espiritualmente evolucionado. Y por otro lado, algunos aspectos de la vida serán una especie de ritual. Y como adultos deberemos seguirlos al pie de la letra. Aprender a seguir instrucciones o apegarse a una serie de pasos o requisitos es síntoma de madurez.
La séptima: Con frecuencia ellos tienen mejores formas de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo que los hace ser como rebeldes, inconformes con cualquier sistema. La pregunta es ¿con qué tanta frecuencia? He conocido muchos niños que se rebelan sólo como postura, y no como una forma propositiva. Habría que diferenciar si la inconformidad es resultado de una falta de adaptación o porque en realidad hay propuestas novedosas y efectivas. Pero esta característica podría darse en cualquier ser humano y no por eso hacerle índigo.
La octava: Parecen muy antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con el mismo nivel de consciencia, a menudo se tornan retraídos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela es para ellos un sitio donde les es muy difícil socializar. Hay también niños antisociales que lo son como resultado de un proceso de tensiones familiares. He sabido de casos de chicos que golpean sin piedad a quienes ellos consideran diferentes. Dudo mucho que esto les convierta en seres espiritualmente evolucionados. Una vez más, al observar el comportamiento antisocial de un chico o chica uno debiera preguntarse si el origen se encuentra en una problemática familiar. Hogares donde la responsabilidad sobre la formación y educación de los hijos es tomada a la ligera, con probabilidades altas darán como resultados chicos y chicas antisociales.
La novena: Ellos no responderán a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho"). Bueno, aquí hay un truco de prestidigitación literaria. El ejemplo utilizado no acude al sentimiento de culpa en el chico o chica. Acude más bien a un control defectuoso de la responsabilidad de la madre del chico o chica (traducción: yo no puedo o no me atrevo a reprenderte por lo que hiciste así que tu padre lo hará y será bastante malo). Ese es un modo de mal educar a los críos, no enfrentando la situación directamente y no utilizando la autoridad que debería tener, debido a su responsabilidad (pero claro si no la tiene o la evade, alguien está haciendo mal su trabajo). Esto no es un síntoma de evolución espiritual, es un defecto en el modo de educar.
La décima: Ellos sienten timidez en expresarle a usted lo que necesitan. Esto contradice la primera, la segunda y la tercera. Si se comportan como de la realeza, si reafirman su merecimiento de "estar aquí" y si le recuerdan a sus padres quienes son ellos ¿cómo es que son tímidos en decir lo que necesitan? Aquí se descubre una trampa típica de los horóscopos: son tan generales y contradictorios que cualquiera se siente aludido cuando lee el que le corresponde (aunque sea el mismo para todos; ver la entrada El mejor horóscopo que me han hecho). Pero vayamos más allá. ¿Cuántas personas, incluso adultas, son capaces de decir exactamente lo que necesitan? ¿Cuántos de nosotros tenemos problemas por identificar la diferencia entre lo que queremos y lo que realmente necesitamos? Así que esta característica no sólo es contradictoria sino tan general que encuadra al 95% de la población. Al menos en determinado momento de su vida.
Las falsas expectativas.
Hasta aquí vamos mal, pero no tan mal. Tenemos a una mujer que dice ver colores en la gente y un par de astrólogos... ejem... digo... sicólogos, haciendo una lista de características que obedecen más a las deficiencias en el modo en el que los padres educan, y tan general que cualquier niño encajaría... y esto es lo más importante: Tan general que cualquier padre desearía comprar su libro. Bueno, no cualquiera, pero sí un número grande (como grande es la cuenta bancaria de ambos, a estas alturas).Lo más malo es que en su libro incluyen textos de dudosa autoría, como el que se menciona en el capítulo 6, y del cual os brindo dos párrafos (aclarando que es de autor desconocido, ¡vaya manera de eludir la responsabilidad!):
Ha llegado el tiempo del Gran Despertar. Ustedes que han elegido elevar sus ojos de la oscuridad hacia la luz, son bendecidos al presenciar el acontecimiento de un nuevo día en el planeta Tierra. Porque su corazón ha ansiado ver la paz real donde reinaba la guerra, mostrar misericordia donde dominaba la crueldad y conocer el amor en donde el temor congeló los corazones, son privilegiados para su mundo.
. . .
Sigan adelante y vivan la vida del alma radiante que son. Glorifiquen al Creador en cada una de sus obras. Ustedes son importantes, son necesarios y son valiosos. No permitan que el oscuro manto del temor esconda la luz de su visión. Ustedes no han nacido para fracasar. Están destinados a tener éxito. La esperanza del mundo ha sido sembrada en su pecho, y tienen asegurado el éxito porque representan al Uno que los Creó.
Aquí es donde se siembran las expectativas sobre la base de creencias religiosas e ideología pletórica de flores y amor al prójimo. No es que esté mal amar o las flores, lo que está mal es pretender que estos niños añiles han recibido del Uno, la tarea de enmendar este mundo, sin hacer nada para lograrlo. Más parece la historia de Harry Potter, el adolescente que de pronto se da cuenta que tiene poderes mágicos, por obra y gracia de la herencia mágica.
En especial, lo que sorprende es que todo nace de la visión de la Sra. Tappe, que puede ser debida a cualquier cosa, pero que con mucha probabilidad provenga de sus deseos, de sus anhelos y de la posibilidad de que a través de la creencia en sus palabras la gente pudiese cambiar, para bien. El problema es querer lograrlo con la mezcla de conceptos espirituales que no siempre son compartidos por todo el mundo. El peligro, en este caso es que puede catalogarse a los niños mediante un sistema basado en la fe y no en características reales.
Las características citadas pueden deberse a un sinnúmero de causas, que no tendrían nada que ver con la idea del poder para cambiar un mundo entero. En lo particular se me ocurren un par de escenarios que debieran ser tomados en cuenta a la hora de explicarse este comportamiento de los niños actuales:
Los escenarios alternativos
Lo que me viene a la mente al leer estas características (y otras que son más insulsas y que pueden ser consultadas en el soporte documental), es el concepto de mala educación. Recuerdo que en mis días de infancia, los niños que exhibían estas características eran los "malcriados", que significaba mal educados. No eran los más inteligentes, no eran los más comprensivos, no eran los más evolucionados; eran niños que uno evitaba para no salir lastimado. En mis años de infancia yo no entendía las causas de ese comportamiento, simplemente veía que así eran y que estaba mal que se comportaran de esa forma. Pero al crecer y convertirme en profesor y posteriormente en padre, me convencí que no era que asi hubiesen nacido, sino que eran en gran parte el producto de una mala educación, de una falta de compromiso de sus padres por tomar la responsabilidad de su paternidad por los cuernos. En resumidas cuentas, de un proceso de formación mal llevado, mal enfocado.
¿Era solo causa de los padres? No pienso que así haya sido. Hay innegables factores culturales. Por ejemplo, en mis tiempos de infancia, muchos padres de mis amigos eran adultos jóvenes, descubriendo el hippismo y las drogas, la libertad sexual que traía la píldora anticonceptiva, la rebelión contra los paradigmas raciales y económicos así como el ambiente generalizado de esperanza (y terror) de la post guerra.
En forma paralela a este movimiento social, se desarrollaba una era de adelantos tecnológicos que trajeron a cada hogar la información que antes sólo estaba al alcance de los eruditos o los pudientes. Recordemos que las pocas noticias mundiales eran sólo vistas a través de los noticieros en el cine o en los pocos diarios de circulación nacional. Las cadenas televisivas transformaron esa línea de engtrega pues podían traer las noticias a la comodidad de la sala, casi en tiempo real. Y entonces las sociedades decidieron pasar muchas horas frente al televisor como alternativa de entretenimiento (y de educación involuntaria). Menos hijos por familia, padres disfrutando de la libertad sexual, incremento en el número de divorcios, la televisión como padre sustituto, la información fluyendo por canales insospechados y al alcance de los sentidos de los niños, sin mediación del juicio paterno sobre su contenido u oportunidad.
El resultado parece ser casi evidente: Muchos niños manejando información antes reservada a adultos, escacez de valores familiares, rebelión contra los esquemas establecidos. Este escenario da como resultado niños con las características antes descritas. Pero esto NO es evolución espiritual; es cambio de paradigmas de educacion familiar, y de valores sociales, montados sobre lo que se conocerá en el futuro como la era de la información.
Por estas razones (que no refiero a ligas externas porque se basan en mis propias experiencias de vida), es que no considero conveniente forzar a los niños mal educados a pertenecer a una generación de salvadores de la humanidad. Más bien deberíamos retomar el valor de la responsabilidad y autoridad paterna y materna como punto de apoyo para reformar la educación en el seno familiar, basada en valores y en tiempo de calidad: menos horas frente a la TV y más control sobre el material que llega a nuestros hijos. Los filtros de contenido deberían ser casi obligatorios para el acceso de niños a la internet.Ya lo sé, parecería que la contrapropuesta va en contra de la corriente. Pero no es imposible de implementar. La misma tecnología puede hacer esas herramientas de control accesibles a los padres, como apoyo a su papel preponderante en el desarrollo y formación de los niños y jóvenes.
Por ello es que el título de esta entrada hace referencia a lo que es más obvio: Los niños son eso, niños, del color de su piel. No son adultos, no son sabios en el cuerpo de niños. Y su desarrollo debiera ser un asunto de la mayor importancia; no debemos pasar por alto que un humano pasará la mayor parte de su vida siendo adulto, por lo que su etapa de formación debe ser tomada con bastante responsabilidad. Y sí, mucho amor.
*Publicado originalmente en el blog Ahuramazdah ¡vive sin dogmas!
¿Acaso es tan difícil de ver? No hay niños color índigo, sólo hay niños del color de su piel. Y con esto quiero decir que esto de catalogar a los niños como índigo (supuestamente por el color de su vida, lo que eso sea), no es nada útil para nadie, y sí provoca una expectativa falsa sobre ideas que están muy lejos de la realidad.¿Que es un niño índigo?
Hace unos años escuché por primera vez esto de los niños índigos. Investigué un poco y descubrí que esta clasificación tiene que ver con lo que una persona de nombre Nancy AnnTappe afirma percibir alrededor de las personas. Ella misma describe esta percepción como una forma de sinestesia (lo que en su acepción sicológica significa "Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente", según la RAE), que le permite ver colores cuando conoce una persona. Según ella, por allá por la década de 1960, comenzó a percibir colores en las personas, detectando en algunos niños una coloración tendiente al azul (o índigo), color nuevo para su "experiencia colorida", y que además presentaban algunas características raras para aquél entonces.
Tappe afirma que fue la primera persona que identificó esta coloración como un cambio evolutivo en la humanidad. Afirma también que actualmente hay dos presidentes que tienen esa característica de "color de vida": Barack Obama y Rafael Correa (de Ecuador). Algunos de sus seguidores, notablemente Lee Carroll y Jan Tober, abundaron sobre el tema, hasta hacerlo harto popular, especialmente entre la gente que sigue el movimiento denominado de la "Nueva Era". Ellos definen al niño índigo así:
Es un niño que muestra una nueva y poco usual serie de atributos sicológicos con un patrón de comportamiento no documentado antes. Este patrón de comportamiento tiene factores comunes únicos que sugieren a quienes interactúan con los niños (los padres en particular) que deben cambiar la forma de tratarlos y de criarlos para poder lograr un equilibrio adecuado. Ignorar estos nuevos patrones de comportamiento es crear un desequilibrio potencial y una gran frustración en la mente de estas preciosas nuevas vidas.
La primera crítica es que ellos dicen que los atributos sicológicos de estos niños son poco usuales. Como comentaré más adelante, pueden ser poco usuales de acuerdo a ciertos cánones, pero no lo serían tanto si suponemos otras causas más comunes como "disparadoras" de ese comportamiento. Pero ¿qué características tienen? Si no se es la Sra Tappe (o alguno de sus enriquecidos seguidores) y no se tiene esa cromatográfica sinestesia ¿cómo identificar que un niño es o fue índigo?
Yo me hubiese imaginado algo así como una especie de ondas alfa del cerebro o un campo electromagnético identificable mediante instrumentos. Pero no es nada de eso, nada que pueda medirse o comprobarse en forma independiente. Es la visión de esta mujer y de los seguidores de su método, lo que hace que la clasificación se realice. Y algo más para los no sinestésicos como su seguro servidor, consistente en una serie de características observables, que listo a continuación (tomado del libro "Niños Indigo" de Lee Carroll y Jan Tober):
1. Ellos vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan como tales).
2. Ellos tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten esa misma sensación.
3. La autoestima no es para los Niños Índigo un gran tema de preocupación (ellos con frecuencia les dicen a sus padres "quienes son ellos" - los niños).
4. Ellos tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta (autoridad sin ninguna explicación o sin más alternativas).
5. Ellos simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos.
6. Se frustran con sistemas que son como rituales y que no requieren de pensamientos creativos. 7. Con frecuencia ellos tienen mejores formas de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo que los hace ser como rebeldes, inconformes con cualquier sistema.
8. Parecen muy antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con el mismo nivel de consciencia, a menudo se tornan retraídos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela es para ellos un sitio donde les es muy difícil socializar.
9. Ellos no responderán a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho").
10. Ellos sienten timidez en expresarle a usted lo que necesitan.
Pues estas descripciones me parecen a las características de los signos del zodiaco. Como que cualquiera puede entrar en el aro. Pero quizás no cualquiera. Si leemos con detenimiento estas características y las analizamos podremos entender que quizá algo más prosaico y mundano se encuentra detrás de este concepto que representa una supuesta evolución espiritual.
Empecemos con la primera: Ellos vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan como tales). Esto no tiene nada de especial. Todos los bebés recién nacidos manifiestan ese comportamiento. Ningún niño recién nacido pedirá las cosas por favor o expresará de manera educada que desea que le satisfagan sus necesidades (por razones obvias). Simplemente expresará un chillido que los padres deberán aprender a identificar de acuerdo con su origen: dolor, hambre, sueño, incomodidad, etc. Cuando los bebés crecen deben aprender a expresar sus necesidades con el lenguaje aprendido, pronunciando palabras al estilo de "leche", "agua", "duele", "duerme", "pica", etc. Más entrados en edad, se esperaría que los niños expresen sus requerimientos de manera educada, al estilo de "¿me das leche, por favor?". Si no lo hacen así, digamos, a los seis años de edad, quizás sea porque son índigos, pero quizás sea porque no se les ha educado bien. Si los padres han acostumbrado al crío a satisfacer sus necesidades sin que éste se los solicite de manera educada, así crecerá, ordenando como un pequeño tirano, para que le den sus satisfactores. Así que esta característica podría ser de índigo o de maleducado.
La segunda: Ellos tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten esa misma sensación. Esto es demasiado complejo. Es decir, me cuesta trabajo imaginarme a un niño que NO se sienta así. Una vez más, cuando el bebé recién nacido llora, es porque está reafirmando su presencia, su necesidad de atención. Si el bebé sintiera que "no merece" estar aquí, no lloraría, no expresaría nada y simplemente se dejaría morir. Este comportamiento de supervivencia es instintivo, TODOS los seres vivos nos aferramos a la vida de manera natural y con eso afirmamos nuestro deseo y voluntad de "merecer estar aquí". Quizá no decimos explícitamente "merezco estar aquí", pero lo expresamos cuando valoramos nuestra vida por sobre nuestra muerte.
La tercera: La autoestima no es para los Niños Índigo un gran tema de preocupación (ellos con frecuencia les dicen a sus padres "quienes son ellos" - los niños). Y es que otra vez, la autoestima es un concepto bastante complejo que no es motivo de preocupación para un niño recién nacido, ni siquiera cuando crece un poco más. Los mayores solemos preocuparnos por la autoestima de los niños primero que ellos. Un niño que comienza a tener problemas con su autoestima, NO identificará que TIENE problemas de autoestima.Un niño puede ser bastante competitivo, si ha crecido en un ambiente con hermanos que luchan por obtener los favores y satisfactores de sus padres. Pero también puede volverse retraído si es que con ese comportamiento genera lástima en los mayores, como para que se le atienda por sobre los demás que compiten. Si se trata del primer hijo de un matrimonio quizá no desarrolle este comportamiento competitivo desde pequeño, como consecuencia del trato con sus padres, pero a medida que el ambiente se puebla de otros niños (hermanos, primos, compañeros de juego o de escuela) entonces quizás se manifieste. Así que la autoestima no sería preocupación de ningún niño pequeño pues es un concepto que más bien preocupa a adultos.
La cuarta representa todo un reto: Ellos tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta (autoridad sin ninguna explicación o sin más alternativas). Imaginemos el siguiente escenario: Un niño de unos 6 meses de edad se enferma y es necesario inyectarlo. Por supuesto que protestará y se rebelará a la "autoridad absoluta" que implica tenerlo quieto un momento para que el médico o enfermera le aplique la inyección. Y entonces ¿cómo le explica uno a ese niño que es necesario que le inyecten para que se alivie? Es decir, uno puede hacerlo, pero dudo mucho que el infante siquiera comprenda, a esa edad, el concepto de enfermedad.Ahora bien ¿cómo enseñarle conceptos a un niño sin hacer uso de la autoridad? Imaginemos que a los dos años de edad se le enseña al niño el concepto de "electricidad". Alguien podría preguntar ¿Por qué enseñarle ese concepto? Simple, porque a esa edad son demasiado curiosos y resulta bastante prudente prevenir que introduzcan objetos metálicos en las tomas de corriente. Así que cuando uno le dice al niño "no metas ese objeto allí porque hay electricidad", uno tiene dos alternativas, o hacer uso del principio de autoridad paterna (o materna) o bien darle una descarga eléctrica para que aprenda el concepto por propia experiencia.Incluso podemos ir a más profundidad; no hay nada más autoritario y arbitrario que un idioma. Sería imposible enseñar un idioma a cualquier niño si éste cuestionara a cada momento ¿por qué llamarle leche a ese líquido blanco que me han dado desde que nací? Así que es probable que los autores de este libro jamás se preguntaran si es bueno tener una autoridad "absoluta" como padre al enseñar un idioma (el natal) a un niño. O quizás lo sepan pero de manera taimada lo eviten para vender su libro. Incluso en aspectos de alimentación, los padres inician la transición de sólo leche hacia vegetales, carne y harinas sin preguntarle al niño si eso es lo que quiere.Porque detrás del concepto de autoridad paterna (o materna), está el concepto de responsabilidad. Esta autoridad tiene su fundamento principal en la responsabilidad. Y la responsabilidad de la vida (completa) de los niños recae totalmente en los padres. Cierto, no todos los padres la tomamos como algo tan serio o absorbente, y esa quizá sea una causa de que los niños de ahora cuestionen esa autoridad. Los mismos medios masivos de comunicación fomentan de manera irresponsable el traslado de esa responsabilidad hacia modos menos efectivos (sobre esta muy personal opinión, prometo escribir una entrada en breve). Espero que baste un ejemplo sobre esto de la responsabilidad. Si a un crío de 3 años le permiten que tome la responsabilidad total de su alimentación, lo más probable es que escogería los helados, los dulces, las frituras y otros alimentos repletos de carbohidratos, y los combinaría con agua gaseosa endulzada. Evitaría el pescado y las frutas, y casi ni miraría a las verduras. Si le permiten a un niño de 6 años tomar la responsabilidad de su educación, escogería el CartoonNetwork, el Disney Channel, y otros similares, en lugar de ir a la escuela o leer libros.Por supuesto, si los padres hemos tomado a la ligera esa responsabilidad, un resultado casi obvio es que los críos cuestionen nuestra autoridad. Y no necesariamente como resultado de su "indiguez".
La quinta: Ellos simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos. ¿Por qué pensar que los niños están limitados como para NO hacer ciertas cosas? Se entiende que la paciencia NO es una característica infantil, y más bien los niños sanos son inquietos y difícilmente estarán tranquilos en una fila. Así que eso no tiene nada que ver con ser índigos, sino más bien con el aprendizaje del dominio de emociones, proceso por el que todos pasamos para llegar a la etapa adulta con madurez. Si un muchacho de 14 años no puede estar en una fila, no pienso que sea por ser índigo, sino por ser inmaduro. Respecto a otras "ciertas cosas" el propio libro aclara que "El aburrimiento puede traer arrogancia en los Índigo, así que no dejen que se aburran". Por lo tanto esas ciertas cosas serían las que, a juicio del niño, son aburridas. Pero seamos sinceros ¿Quien chingaos considera divertido estar formado en una fila?
La sexta: Se frustran con sistemas que son como rituales y que no requieren de pensamientos creativos. Esto le pasa a la mitad de la población, pero el ser creativo no necesariamente hace de un niño especial o espiritualmente evolucionado. Y por otro lado, algunos aspectos de la vida serán una especie de ritual. Y como adultos deberemos seguirlos al pie de la letra. Aprender a seguir instrucciones o apegarse a una serie de pasos o requisitos es síntoma de madurez.
La séptima: Con frecuencia ellos tienen mejores formas de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo que los hace ser como rebeldes, inconformes con cualquier sistema. La pregunta es ¿con qué tanta frecuencia? He conocido muchos niños que se rebelan sólo como postura, y no como una forma propositiva. Habría que diferenciar si la inconformidad es resultado de una falta de adaptación o porque en realidad hay propuestas novedosas y efectivas. Pero esta característica podría darse en cualquier ser humano y no por eso hacerle índigo.
La octava: Parecen muy antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con el mismo nivel de consciencia, a menudo se tornan retraídos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela es para ellos un sitio donde les es muy difícil socializar. Hay también niños antisociales que lo son como resultado de un proceso de tensiones familiares. He sabido de casos de chicos que golpean sin piedad a quienes ellos consideran diferentes. Dudo mucho que esto les convierta en seres espiritualmente evolucionados. Una vez más, al observar el comportamiento antisocial de un chico o chica uno debiera preguntarse si el origen se encuentra en una problemática familiar. Hogares donde la responsabilidad sobre la formación y educación de los hijos es tomada a la ligera, con probabilidades altas darán como resultados chicos y chicas antisociales.
La novena: Ellos no responderán a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho"). Bueno, aquí hay un truco de prestidigitación literaria. El ejemplo utilizado no acude al sentimiento de culpa en el chico o chica. Acude más bien a un control defectuoso de la responsabilidad de la madre del chico o chica (traducción: yo no puedo o no me atrevo a reprenderte por lo que hiciste así que tu padre lo hará y será bastante malo). Ese es un modo de mal educar a los críos, no enfrentando la situación directamente y no utilizando la autoridad que debería tener, debido a su responsabilidad (pero claro si no la tiene o la evade, alguien está haciendo mal su trabajo). Esto no es un síntoma de evolución espiritual, es un defecto en el modo de educar.
La décima: Ellos sienten timidez en expresarle a usted lo que necesitan. Esto contradice la primera, la segunda y la tercera. Si se comportan como de la realeza, si reafirman su merecimiento de "estar aquí" y si le recuerdan a sus padres quienes son ellos ¿cómo es que son tímidos en decir lo que necesitan? Aquí se descubre una trampa típica de los horóscopos: son tan generales y contradictorios que cualquiera se siente aludido cuando lee el que le corresponde (aunque sea el mismo para todos; ver la entrada El mejor horóscopo que me han hecho). Pero vayamos más allá. ¿Cuántas personas, incluso adultas, son capaces de decir exactamente lo que necesitan? ¿Cuántos de nosotros tenemos problemas por identificar la diferencia entre lo que queremos y lo que realmente necesitamos? Así que esta característica no sólo es contradictoria sino tan general que encuadra al 95% de la población. Al menos en determinado momento de su vida.
Las falsas expectativas.
Hasta aquí vamos mal, pero no tan mal. Tenemos a una mujer que dice ver colores en la gente y un par de astrólogos... ejem... digo... sicólogos, haciendo una lista de características que obedecen más a las deficiencias en el modo en el que los padres educan, y tan general que cualquier niño encajaría... y esto es lo más importante: Tan general que cualquier padre desearía comprar su libro. Bueno, no cualquiera, pero sí un número grande (como grande es la cuenta bancaria de ambos, a estas alturas).Lo más malo es que en su libro incluyen textos de dudosa autoría, como el que se menciona en el capítulo 6, y del cual os brindo dos párrafos (aclarando que es de autor desconocido, ¡vaya manera de eludir la responsabilidad!):
Ha llegado el tiempo del Gran Despertar. Ustedes que han elegido elevar sus ojos de la oscuridad hacia la luz, son bendecidos al presenciar el acontecimiento de un nuevo día en el planeta Tierra. Porque su corazón ha ansiado ver la paz real donde reinaba la guerra, mostrar misericordia donde dominaba la crueldad y conocer el amor en donde el temor congeló los corazones, son privilegiados para su mundo.
. . .
Sigan adelante y vivan la vida del alma radiante que son. Glorifiquen al Creador en cada una de sus obras. Ustedes son importantes, son necesarios y son valiosos. No permitan que el oscuro manto del temor esconda la luz de su visión. Ustedes no han nacido para fracasar. Están destinados a tener éxito. La esperanza del mundo ha sido sembrada en su pecho, y tienen asegurado el éxito porque representan al Uno que los Creó.
Aquí es donde se siembran las expectativas sobre la base de creencias religiosas e ideología pletórica de flores y amor al prójimo. No es que esté mal amar o las flores, lo que está mal es pretender que estos niños añiles han recibido del Uno, la tarea de enmendar este mundo, sin hacer nada para lograrlo. Más parece la historia de Harry Potter, el adolescente que de pronto se da cuenta que tiene poderes mágicos, por obra y gracia de la herencia mágica.
En especial, lo que sorprende es que todo nace de la visión de la Sra. Tappe, que puede ser debida a cualquier cosa, pero que con mucha probabilidad provenga de sus deseos, de sus anhelos y de la posibilidad de que a través de la creencia en sus palabras la gente pudiese cambiar, para bien. El problema es querer lograrlo con la mezcla de conceptos espirituales que no siempre son compartidos por todo el mundo. El peligro, en este caso es que puede catalogarse a los niños mediante un sistema basado en la fe y no en características reales.
Las características citadas pueden deberse a un sinnúmero de causas, que no tendrían nada que ver con la idea del poder para cambiar un mundo entero. En lo particular se me ocurren un par de escenarios que debieran ser tomados en cuenta a la hora de explicarse este comportamiento de los niños actuales:
Los escenarios alternativos
Lo que me viene a la mente al leer estas características (y otras que son más insulsas y que pueden ser consultadas en el soporte documental), es el concepto de mala educación. Recuerdo que en mis días de infancia, los niños que exhibían estas características eran los "malcriados", que significaba mal educados. No eran los más inteligentes, no eran los más comprensivos, no eran los más evolucionados; eran niños que uno evitaba para no salir lastimado. En mis años de infancia yo no entendía las causas de ese comportamiento, simplemente veía que así eran y que estaba mal que se comportaran de esa forma. Pero al crecer y convertirme en profesor y posteriormente en padre, me convencí que no era que asi hubiesen nacido, sino que eran en gran parte el producto de una mala educación, de una falta de compromiso de sus padres por tomar la responsabilidad de su paternidad por los cuernos. En resumidas cuentas, de un proceso de formación mal llevado, mal enfocado.
¿Era solo causa de los padres? No pienso que así haya sido. Hay innegables factores culturales. Por ejemplo, en mis tiempos de infancia, muchos padres de mis amigos eran adultos jóvenes, descubriendo el hippismo y las drogas, la libertad sexual que traía la píldora anticonceptiva, la rebelión contra los paradigmas raciales y económicos así como el ambiente generalizado de esperanza (y terror) de la post guerra.
En forma paralela a este movimiento social, se desarrollaba una era de adelantos tecnológicos que trajeron a cada hogar la información que antes sólo estaba al alcance de los eruditos o los pudientes. Recordemos que las pocas noticias mundiales eran sólo vistas a través de los noticieros en el cine o en los pocos diarios de circulación nacional. Las cadenas televisivas transformaron esa línea de engtrega pues podían traer las noticias a la comodidad de la sala, casi en tiempo real. Y entonces las sociedades decidieron pasar muchas horas frente al televisor como alternativa de entretenimiento (y de educación involuntaria). Menos hijos por familia, padres disfrutando de la libertad sexual, incremento en el número de divorcios, la televisión como padre sustituto, la información fluyendo por canales insospechados y al alcance de los sentidos de los niños, sin mediación del juicio paterno sobre su contenido u oportunidad.
El resultado parece ser casi evidente: Muchos niños manejando información antes reservada a adultos, escacez de valores familiares, rebelión contra los esquemas establecidos. Este escenario da como resultado niños con las características antes descritas. Pero esto NO es evolución espiritual; es cambio de paradigmas de educacion familiar, y de valores sociales, montados sobre lo que se conocerá en el futuro como la era de la información.
Por estas razones (que no refiero a ligas externas porque se basan en mis propias experiencias de vida), es que no considero conveniente forzar a los niños mal educados a pertenecer a una generación de salvadores de la humanidad. Más bien deberíamos retomar el valor de la responsabilidad y autoridad paterna y materna como punto de apoyo para reformar la educación en el seno familiar, basada en valores y en tiempo de calidad: menos horas frente a la TV y más control sobre el material que llega a nuestros hijos. Los filtros de contenido deberían ser casi obligatorios para el acceso de niños a la internet.Ya lo sé, parecería que la contrapropuesta va en contra de la corriente. Pero no es imposible de implementar. La misma tecnología puede hacer esas herramientas de control accesibles a los padres, como apoyo a su papel preponderante en el desarrollo y formación de los niños y jóvenes.
Por ello es que el título de esta entrada hace referencia a lo que es más obvio: Los niños son eso, niños, del color de su piel. No son adultos, no son sabios en el cuerpo de niños. Y su desarrollo debiera ser un asunto de la mayor importancia; no debemos pasar por alto que un humano pasará la mayor parte de su vida siendo adulto, por lo que su etapa de formación debe ser tomada con bastante responsabilidad. Y sí, mucho amor.
*Publicado originalmente en el blog Ahuramazdah ¡vive sin dogmas!
7.4.09
Niños índigo y los cristal: un mito engañoso
Belduque
Me he dado cuenta como ha aumentado la creencia entre algunos padre de familia sobre la supuesta existencia de unas entidades especiales y superiores a los seres humanos normales, me refiero a los denominados niños índigo y cristal.
Es bastante interesante como los describen las personas que dicen creer en ellos y que promueven su existencia. Se dice mucho de ellos, pero hay muy poco de realidad en ello. Según estas personas, presuntamente los niños índigo tienen una nueva serie de atributos psicológicos con un inusual patrón de comportamiento. Dicen que pueden desarrollar percepción extrasensorial y tienen una alta sensibilidad corporal (hiperestesia), pero no hay pruebas de esto; además mencionan que tienen un gran ingenio y mucha creatividad, curiosamente casi todos los niños son así. ¿En dónde esta lo especial en ellos?
Se les denominó como "niños índigos" por la supuesta parapsicóloga Nancy Ann Tappe, quien afirmaba que, presuntamente, posee la capacidad de ver las "auras" de las personas. Entre otras cosas, se dice que los niños índigo poseen una "cualidad especial" en su glándula pineal, lo que les permite interactuar con el medio ambiente de una forma más certera que las personas comunes, sin dejarse llevar por las emociones, pero de esto no hay ninguna evidencia real, es más, todo indicaría que es todo lo contrario. Además comentan que aunque en algunas ocasiones puedan parecer crueles con otros, no lo son, curiosamente los niños comunes también se comportan de esta manera frecuentemente. Según los creyentes en esto, los niños índigo pueden ser confundidos con niños que padezcan síndrome del déficit de la atención e hiperactividad, pero según ellos no es lo mismo, aunque las evidencias confirman lo contrario.
Afirman que por eso los niños índigo son calificados como rompedores de sistemas, y a menudo son vistos como rebeldes o hiperactivos, pues su conducta puede ser considerada algo desordenada y que son muy distraídos, que sólo se concentran en cosas que sean de interés para ellos, algo que, siendo objetivos, es muy normal en cualquier niño común y corriente. Argumentan que se sienten lideres con gran autoridad y que las expectativas de los índigo son usualmente distintas a las de los niños normales, pero a final de cuentas todos los niños tienen expectativas distintas según la edad, del medio ambienta en que vivan y del desarrollo que tengan.
Es bien sabido que muchos grupos de ideologías esotéricas y de la "nueva era" los mencionan como si fuesen los "salvadores del mundo", que vienen a cambiar los sistemas del mundo, que vienen a formar el "nuevo orden", pero la realidad indica que los niños índigo en realidad no son más que simples niños como cualquiera, pero si estos y sus padres no son bien orientados y encaminados por especialistas profesionales, podrían terminar de maneras muy lamentables. Algunos de los promotores del movimiento índigo dicen que Albert Einstein fue un niño índigo, para ganarse seguidores con este falso mito, de lo cual, obviamente, no hay ninguna prueba real, como no hay pruebas de la existencia real de esta clase de niños especiales.
Algunos han argumentado que existen estudios en la UCLA (Universidad de California, Los Angeles) en donde se demuestra la existencia real de estos niños, pero la verdad es que tales estudios no existen, son falsos, y cualquiera puede verificarlo simplemente visitando el sitio de esta universidad o los archivos médicos y científicos referentes a este tema y verán que no existen. Pero sí se han hecho estudios de niños con conductas iguales a las descritas de los índigo, y se ha comprobado que son niños comunes y corrientes, solo que padecen algún tipo de deficiencia conductual. Incluso se ha argumentado que pueden activar a voluntad su ADN, como si se tratase de una máquina o un motor, algo que no es posible, puesto que el ácido desoxirribonucleico, que es un compuesto químico que tenemos en todo el cuerpo, no puede activarse o desactivarse a voluntad.
Los menores de edad merecen ser bien tratados y atendidos por sus padres, aunque estos no siempre saben como hacerlo, y en su desesperación inventan o creen cosas que no son reales con tal de justificar o remediar, a medias, las situaciones que se enfrentan en sus hogares. Nadie nace sabiendo ser padre o madre, pero hay instituciones públicas y privadas que les pueden asesorar como sobrellevar la vida con sus hijos. Recuerdo la frase de una madre que, según ella, su hijo es un niño índigo: "va más allá que nosotros y nos enfrenta a situaciones para las cuales no estabamos preparados". Esto es completamente común en padres jóvenes y sin experiencia en estas cuestiones de ser padre o madre, pero no por eso sus hijos son criaturas fuera de lo común.
Los cuestionarios o test para detectar si un niño es un índigo, definitivamente no funcionan, pues mencionan conceptos demasiado ambiguos y generales, en donde cualquier persona puede caer, y por lo mismo no funcionarían para determinar el factor índigo de una persona en especial. Por si fuese poco, los únicos que sí podrían detectar alguna cualidad especial en los niños son los profesionales psicólogos y psiquiatras infantiles, y ellos son los primeros en confirmar que el factor índigo no existe, pues su deber es proteger la salud mental de los niños. Procuremos no engañarlos, ni engañarnos, con ideas fuera de la realidad.
Los niños no necesitan que les inventen cualidades o facultades extraordinarias o paranormales para que sean especiales, el simple hecho de que sean niños los hace especiales, su inocencia, lucidez, su honestidad y todo lo demás que hay en ellos por simple naturaleza, ya los hace especiales. Respetémoslos tal como son, sin ponerles atributos fuera de lo común, o ¿es que necesita que su hijo tenga algo especial para tenerle cariño?
A final de cuentas: Esta demostrado que los "niños índigo" o el factor índigo no existen, solo es un mito, y no lo digo yo, lo dicen las evidencias que cualquiera pudiera comprobar si así lo quisiera hacer. Se necesita tener la mente abierta y los pies en nla tierra para poder darse cuenta de esto. No hablamos de cosas que no se saben o no se comprenden, es más, se ha estudiado e investigado estos y otros temas, la realidad es así. Recuerden: "la verdad se debe de saber". En el siguiente escrito comentaré sobre los "niños cristal" y la realidad de este mito tan difundido. Como dicen en la UCLA: "Que brille la luz".
Que tengan buen día.
srbelduque@gmail.com
Publicado originalmente en http://www.info7.com.mx/editorial.php?id=818&secc=19
Me he dado cuenta como ha aumentado la creencia entre algunos padre de familia sobre la supuesta existencia de unas entidades especiales y superiores a los seres humanos normales, me refiero a los denominados niños índigo y cristal.
Es bastante interesante como los describen las personas que dicen creer en ellos y que promueven su existencia. Se dice mucho de ellos, pero hay muy poco de realidad en ello. Según estas personas, presuntamente los niños índigo tienen una nueva serie de atributos psicológicos con un inusual patrón de comportamiento. Dicen que pueden desarrollar percepción extrasensorial y tienen una alta sensibilidad corporal (hiperestesia), pero no hay pruebas de esto; además mencionan que tienen un gran ingenio y mucha creatividad, curiosamente casi todos los niños son así. ¿En dónde esta lo especial en ellos?
Se les denominó como "niños índigos" por la supuesta parapsicóloga Nancy Ann Tappe, quien afirmaba que, presuntamente, posee la capacidad de ver las "auras" de las personas. Entre otras cosas, se dice que los niños índigo poseen una "cualidad especial" en su glándula pineal, lo que les permite interactuar con el medio ambiente de una forma más certera que las personas comunes, sin dejarse llevar por las emociones, pero de esto no hay ninguna evidencia real, es más, todo indicaría que es todo lo contrario. Además comentan que aunque en algunas ocasiones puedan parecer crueles con otros, no lo son, curiosamente los niños comunes también se comportan de esta manera frecuentemente. Según los creyentes en esto, los niños índigo pueden ser confundidos con niños que padezcan síndrome del déficit de la atención e hiperactividad, pero según ellos no es lo mismo, aunque las evidencias confirman lo contrario.
Afirman que por eso los niños índigo son calificados como rompedores de sistemas, y a menudo son vistos como rebeldes o hiperactivos, pues su conducta puede ser considerada algo desordenada y que son muy distraídos, que sólo se concentran en cosas que sean de interés para ellos, algo que, siendo objetivos, es muy normal en cualquier niño común y corriente. Argumentan que se sienten lideres con gran autoridad y que las expectativas de los índigo son usualmente distintas a las de los niños normales, pero a final de cuentas todos los niños tienen expectativas distintas según la edad, del medio ambienta en que vivan y del desarrollo que tengan.
Es bien sabido que muchos grupos de ideologías esotéricas y de la "nueva era" los mencionan como si fuesen los "salvadores del mundo", que vienen a cambiar los sistemas del mundo, que vienen a formar el "nuevo orden", pero la realidad indica que los niños índigo en realidad no son más que simples niños como cualquiera, pero si estos y sus padres no son bien orientados y encaminados por especialistas profesionales, podrían terminar de maneras muy lamentables. Algunos de los promotores del movimiento índigo dicen que Albert Einstein fue un niño índigo, para ganarse seguidores con este falso mito, de lo cual, obviamente, no hay ninguna prueba real, como no hay pruebas de la existencia real de esta clase de niños especiales.
Algunos han argumentado que existen estudios en la UCLA (Universidad de California, Los Angeles) en donde se demuestra la existencia real de estos niños, pero la verdad es que tales estudios no existen, son falsos, y cualquiera puede verificarlo simplemente visitando el sitio de esta universidad o los archivos médicos y científicos referentes a este tema y verán que no existen. Pero sí se han hecho estudios de niños con conductas iguales a las descritas de los índigo, y se ha comprobado que son niños comunes y corrientes, solo que padecen algún tipo de deficiencia conductual. Incluso se ha argumentado que pueden activar a voluntad su ADN, como si se tratase de una máquina o un motor, algo que no es posible, puesto que el ácido desoxirribonucleico, que es un compuesto químico que tenemos en todo el cuerpo, no puede activarse o desactivarse a voluntad.
Los menores de edad merecen ser bien tratados y atendidos por sus padres, aunque estos no siempre saben como hacerlo, y en su desesperación inventan o creen cosas que no son reales con tal de justificar o remediar, a medias, las situaciones que se enfrentan en sus hogares. Nadie nace sabiendo ser padre o madre, pero hay instituciones públicas y privadas que les pueden asesorar como sobrellevar la vida con sus hijos. Recuerdo la frase de una madre que, según ella, su hijo es un niño índigo: "va más allá que nosotros y nos enfrenta a situaciones para las cuales no estabamos preparados". Esto es completamente común en padres jóvenes y sin experiencia en estas cuestiones de ser padre o madre, pero no por eso sus hijos son criaturas fuera de lo común.
Los cuestionarios o test para detectar si un niño es un índigo, definitivamente no funcionan, pues mencionan conceptos demasiado ambiguos y generales, en donde cualquier persona puede caer, y por lo mismo no funcionarían para determinar el factor índigo de una persona en especial. Por si fuese poco, los únicos que sí podrían detectar alguna cualidad especial en los niños son los profesionales psicólogos y psiquiatras infantiles, y ellos son los primeros en confirmar que el factor índigo no existe, pues su deber es proteger la salud mental de los niños. Procuremos no engañarlos, ni engañarnos, con ideas fuera de la realidad.
Los niños no necesitan que les inventen cualidades o facultades extraordinarias o paranormales para que sean especiales, el simple hecho de que sean niños los hace especiales, su inocencia, lucidez, su honestidad y todo lo demás que hay en ellos por simple naturaleza, ya los hace especiales. Respetémoslos tal como son, sin ponerles atributos fuera de lo común, o ¿es que necesita que su hijo tenga algo especial para tenerle cariño?
A final de cuentas: Esta demostrado que los "niños índigo" o el factor índigo no existen, solo es un mito, y no lo digo yo, lo dicen las evidencias que cualquiera pudiera comprobar si así lo quisiera hacer. Se necesita tener la mente abierta y los pies en nla tierra para poder darse cuenta de esto. No hablamos de cosas que no se saben o no se comprenden, es más, se ha estudiado e investigado estos y otros temas, la realidad es así. Recuerden: "la verdad se debe de saber". En el siguiente escrito comentaré sobre los "niños cristal" y la realidad de este mito tan difundido. Como dicen en la UCLA: "Que brille la luz".
Que tengan buen día.
srbelduque@gmail.com
Publicado originalmente en http://www.info7.com.mx/editorial.php?id=818&secc=19
3.3.09
LOS NIÑOS ÍNDIGO EXISTEN
Carlos A. Quintana
A lo largo de la experiencia de esta bitácora pude cumplir con el objetivo principal de compilar artículos que analizan racionalmente la impostura New Age de los Niños Índigo, debido a que son escasos y difíciles de hallar en la red.
Como comenté anteriormente la dinámica de esta página se caracteriza por presentar una retroalimentación que permitió generar nuevas ideas y debates. Los comentarios fueron importantes para encarar nuevos textos ya que se conformaron como una fuente de contacto directo con el crédulo en sus diferentes variantes. Esta experiencia de intercambio parece haber llegado a una meseta porque los discursos de los indigófilos se reiteran, y convierten los debates en algo aburrido por tener que contestar siempre lo mismo: “traiga sus pruebas”. Normalmente, frente a este pedido se termina el debate.
Como síntesis de esta experiencia, a la fecha puedo afirmar lo siguiente:
LOS NIÑOS ÍNDIGO EXISTEN
LOS NIÑOS ÍNDIGO NO EXISTEN
LOS NIÑOS ÍNDIGO EXISTEN
Son una creación de Nancy Tappe definidos por un carácter esotérico (el aura). Luego otros inventores de fantasías le agregaron condimentos: son extraterrestres, superpoderosos, una raza superior, etc. Esta existencia es meramente conceptual, es decir, carecen de un referente concreto en la realidad.
¿Qué significa esto? Que la idea de Niños Índigo no se confirma porque no tiene un correlato material en alguna persona que sea como lo define la idea.
Por ejemplo, la idea “mesa” tiene un referente conceptual: objeto plano elevado del piso para apoyar cosas y realizar tareas de distinto tipo. Esa idea tiene referentes concretos: los objetos que cumplen con esas características, como el que sostiene el teclado en el que estoy escribiendo o el que me sirve de apoyo para almorzar: idea y objeto coinciden. Lo conceptual y lo material se corresponden.
Con el concepto Niños Índigo no ocurre lo mismo, falta esa segunda parte, que la idea se corresponda con algún niño o adulto concreto que concuerde con esas características.
LOS NIÑOS ÍNDIGO NO EXISTEN 1
7- Las pruebas del ADN y otras características físicas.
Algunos indigólogos recurren a supuestas evidencias físicas: que el ADN índigo es distinto al humano, que usan diferente los hemisferios cerebrales, que nunca se enferman, etc. ¿Usted sostiene eso? Bien, pruébelo es lo que falta para sostener como ciertas a esas afirmaciones.
8- La confirmación por analogía.
Las analogías son interesantes para incentivarnos a pensar, pero no sirven para corroborar ideas. Muchos afirman que
- los Niños Índigo existen,
- que no tienen pruebas,
- pero que será demostrado en el futuro
Para sostener esto como cierto recurren a la analogía del heliocentrismo, dicen algo así:
“muchos científicos sostenían que el Sol era el centro de nuestro sistema planetario pero no les creyeron y siglos después se demostró. Que lo mismo ocurre con los Niños Índigo, ahora no me creen pero en el futuro se demostrará.”
Este argumento es absurdo, primero por querer usar una analogía para validar un concepto. Luego porque quienes sostuvieron el sistema heliocéntrico (o cualquier caso similar) PRIMERO tuvieron las pruebas y LUEGO expresaron sus ideas. Finalmente si este argumento fuera válido, cualquier afirmación sin pruebas sería veraz, incluso las que confirman y niegan la misma idea. Como sabemos, algo no puede ser y no ser a la vez. Si usted se apoya en este argumento para sostener la existencia de los Niños Índigo, yo sostengo lo contrario por los mismos motivos.
Si sus pruebas caen en alguna de estas categorías no voy a tomar como ciertas a sus fantasías. No me haga perder el tiempo contestándole.
Si usted tiene pruebas que demuestren la existencia de los Niños Índigo, Cristal o cualquier otra secuela de los índigo, expóngala en esta bitácora. La voy a publicar, voy a borrar los artículos anteriores y me voy a convertir en el primer defensor de la existencia de estos seres.
Espero sus pruebas en un comentario de esta entrada o a quintanamdp@gmail.com
A lo largo de la experiencia de esta bitácora pude cumplir con el objetivo principal de compilar artículos que analizan racionalmente la impostura New Age de los Niños Índigo, debido a que son escasos y difíciles de hallar en la red.
Como comenté anteriormente la dinámica de esta página se caracteriza por presentar una retroalimentación que permitió generar nuevas ideas y debates. Los comentarios fueron importantes para encarar nuevos textos ya que se conformaron como una fuente de contacto directo con el crédulo en sus diferentes variantes. Esta experiencia de intercambio parece haber llegado a una meseta porque los discursos de los indigófilos se reiteran, y convierten los debates en algo aburrido por tener que contestar siempre lo mismo: “traiga sus pruebas”. Normalmente, frente a este pedido se termina el debate.
Como síntesis de esta experiencia, a la fecha puedo afirmar lo siguiente:
LOS NIÑOS ÍNDIGO EXISTEN
LOS NIÑOS ÍNDIGO NO EXISTEN
LOS NIÑOS ÍNDIGO EXISTEN
¿Qué significa esto? Que la idea de Niños Índigo no se confirma porque no tiene un correlato material en alguna persona que sea como lo define la idea.
Por ejemplo, la idea “mesa” tiene un referente conceptual: objeto plano elevado del piso para apoyar cosas y realizar tareas de distinto tipo. Esa idea tiene referentes concretos: los objetos que cumplen con esas características, como el que sostiene el teclado en el que estoy escribiendo o el que me sirve de apoyo para almorzar: idea y objeto coinciden. Lo conceptual y lo material se corresponden.
Con el concepto Niños Índigo no ocurre lo mismo, falta esa segunda parte, que la idea se corresponda con algún niño o adulto concreto que concuerde con esas características.
LOS NIÑOS ÍNDIGO NO EXISTEN 1
Como consecuencia de lo anterior, si no se pueden identificar niños que se comporten y que tengan las características de los Niños Índigo, entonces no existen niños a los que se los pueda llamar Niños Índigo.
Lo mismo ocurre con los Hobbits, los personajes de Tolkien: están definidos, tienen características claras que permiten reconocerlos, hasta contamos con dibujos y animaciones. Pero jamás se halló un Hobbit real. Si no podemos identificar a una criatura que sea como un Hobbit, pues los Hobbit sólo existen como una idea, no son reales.
LOS NIÑOS ÍNDIGO NO EXISTEN 2
Lo mismo ocurre con los Hobbits, los personajes de Tolkien: están definidos, tienen características claras que permiten reconocerlos, hasta contamos con dibujos y animaciones. Pero jamás se halló un Hobbit real. Si no podemos identificar a una criatura que sea como un Hobbit, pues los Hobbit sólo existen como una idea, no son reales.
LOS NIÑOS ÍNDIGO NO EXISTEN 2
Además, no se cumple con lo que afirman quienes inventaron a los Niños Índigo.
Por ejemplo, NO SE CUMPLE:
- Que el 80% (u otros altos porcentajes) de los niños actuales son Niños Índigo (de hecho no se conoce ni a uno).
- Que hay niños extraterrestres.
- Que hay niños con ADN distinto al humano.
- Que hay niños que no se enferman nunca.
- Que hay niños sanadores (y en el porcentaje de más arriba).
- Que hay niños de una raza diferente y superior.
Por ejemplo, NO SE CUMPLE:
- Que el 80% (u otros altos porcentajes) de los niños actuales son Niños Índigo (de hecho no se conoce ni a uno).
- Que hay niños extraterrestres.
- Que hay niños con ADN distinto al humano.
- Que hay niños que no se enferman nunca.
- Que hay niños sanadores (y en el porcentaje de más arriba).
- Que hay niños de una raza diferente y superior.
Tampoco se cumple todo eso junto, lo cual sería propio de un Niño Índigo. Es decir los autores originales y posteriores que inventaron el concepto de los Niños Índigo les endilgaron características que jamás se encuentran en los niños.
Teniendo en cuenta lo anterior:
No se conocen niños con las características de los Niños Índigo, pero tampoco se ha demostrado la existencia de la mayoría de las características propiamente dichas que los definen.
Siendo así se puede afirmar que los Niños Índigo no existen en la realidad material.
TRAIGA SUS PRUEBAS
Teniendo en cuenta lo anterior:
No se conocen niños con las características de los Niños Índigo, pero tampoco se ha demostrado la existencia de la mayoría de las características propiamente dichas que los definen.
Siendo así se puede afirmar que los Niños Índigo no existen en la realidad material.
TRAIGA SUS PRUEBAS
A pesar de esto
¿Usted afirma que los Niños Índigo existen en la realidad?
¿Afirma que usted o un conocido es un Niño Índigo?
Traiga sus pruebas, demuéstrelo.
Si lo hace yo me comprometo a divulgar que hay personas que son Niños Índigo, y a rectificarme de todo lo que escribí en esta bitácora.
Pero tiene que cumplir con dos requisitos:
REQUISITO 1. Lea todos los artículos de este blog. Si sigue sosteniendo que los Niños Índigo existen, pase al
REQUISITO 2. Argumentos que no califican como pruebas.
Debido a la experiencia de estos años de debates con indigófilos y crédulos ingenuos voy a comentar algunas de las “pruebas” que no califican como evidencia de la existencia concreta de los Niños Índigo, para que ni usted ni yo perdamos el tiempo.
1- La fe.
¿Usted cree en los Niños Índigo? Tiene esa libertad de opción, es su convicción. Pero la fe no mueve montañas ni materializa conceptos.
2- Su testimonio o el de alguien de su confianza.
Usted afirma que los Niños Índigo existen, porque se lo indica determinada experiencia personal. Bien, nuevamente es su convicción personal nadie puede cuestionarlo. Pero no es aplicable a toda la humanidad. Lo que usted relata no puede ser creído sin pruebas. Confío en que usted no miente, que no inventó su relato. Confío en su honestidad y en su convicción de los hechos. Pero nadie puede creer ciegamente en lo que usted dice ciegamente, su testimonio no convierte una idea en realidad. Para eso hacen falta pruebas.
3- El aura.
El efecto corona, mal llamado aura, es un fenómeno físico que se produce en condiciones definidas de humedad y corriente eléctrica. Cualquiera puede generar esas condiciones y capturar imágenes de auras, tanto de algo orgánico (vivo o muerto) o de objetos de cualquier material. Las propiedades esotéricas del "aura", es decir, lo que supuestamente significa el aura en términos de la new age y de las pseudociencias, jamás fue demostrado. Quienes dicen ver al "aura" a simple vista, mienten. Quienes dicen que las imágenes tomadas con Cámara Kirlian sirven para “diagnosticar” Niños Índigo, engañan.
Entonces, al "aura" no interesa como prueba de la existencia de los Niños Índigo.
4- Otras variantes pseudocientíficas o esotéricas.
La sanación mágica, la telepatía, la telekinesis, la comunicación con los muertos, el origen extraterrestre y otras variantes paranormales jamás fueron demostradas. Si usted recurre a alguno de estos argumentos, primero debe demostrarlos en general, y luego aplicado a la existencia de los Niños Índigo.
5- Coincidencia de características “índigo”.
¿Encuentra en usted mismo o en otra persona coincidencias con las características de los Niños Índigo? Esto sería una evidencia de la existencia de los Niños Índigo.
Sólo tiene que cumplir que esas características:
- Sean exclusivas: si se trata de un nuevo tipo de ser humano, entonces esas características no deben ser compartidas por otro ser humano no-índigo.
- No sean vagas o generales: como “inquieto”, “impulsivo”, “desobediente”, ya que millones de niños son así.
- Sean plausibles: que esas características no sean ilusiones como las propiedades pseudocientíficas del tipo “lee la mente” o “se comunica con el pensamiento”.
- No sean subjetivas: como “transmite paz interior”, “son más espirituales”, “genera un ambiente de tranquilidad”.
6- El “informe de la Universidad de California”
Muchos afirman que los Niños Índigo existen porque así lo demuestra una “investigación de la Universidad de California”. El informe parece perdido porque no se conoce ni el contenido, ni el título, ni el autor. ¿Usted lo tiene? Pues muéstrelo así podemos leerlo, analizar las pruebas y eventualmente consultar a los autores de la “investigación de la Universidad de California”.
¿Usted afirma que los Niños Índigo existen en la realidad?
¿Afirma que usted o un conocido es un Niño Índigo?
Traiga sus pruebas, demuéstrelo.
Si lo hace yo me comprometo a divulgar que hay personas que son Niños Índigo, y a rectificarme de todo lo que escribí en esta bitácora.
Pero tiene que cumplir con dos requisitos:
REQUISITO 1. Lea todos los artículos de este blog. Si sigue sosteniendo que los Niños Índigo existen, pase al
REQUISITO 2. Argumentos que no califican como pruebas.
Debido a la experiencia de estos años de debates con indigófilos y crédulos ingenuos voy a comentar algunas de las “pruebas” que no califican como evidencia de la existencia concreta de los Niños Índigo, para que ni usted ni yo perdamos el tiempo.
1- La fe.
¿Usted cree en los Niños Índigo? Tiene esa libertad de opción, es su convicción. Pero la fe no mueve montañas ni materializa conceptos.
2- Su testimonio o el de alguien de su confianza.
Usted afirma que los Niños Índigo existen, porque se lo indica determinada experiencia personal. Bien, nuevamente es su convicción personal nadie puede cuestionarlo. Pero no es aplicable a toda la humanidad. Lo que usted relata no puede ser creído sin pruebas. Confío en que usted no miente, que no inventó su relato. Confío en su honestidad y en su convicción de los hechos. Pero nadie puede creer ciegamente en lo que usted dice ciegamente, su testimonio no convierte una idea en realidad. Para eso hacen falta pruebas.
3- El aura.
El efecto corona, mal llamado aura, es un fenómeno físico que se produce en condiciones definidas de humedad y corriente eléctrica. Cualquiera puede generar esas condiciones y capturar imágenes de auras, tanto de algo orgánico (vivo o muerto) o de objetos de cualquier material. Las propiedades esotéricas del "aura", es decir, lo que supuestamente significa el aura en términos de la new age y de las pseudociencias, jamás fue demostrado. Quienes dicen ver al "aura" a simple vista, mienten. Quienes dicen que las imágenes tomadas con Cámara Kirlian sirven para “diagnosticar” Niños Índigo, engañan.
Entonces, al "aura" no interesa como prueba de la existencia de los Niños Índigo.
4- Otras variantes pseudocientíficas o esotéricas.
La sanación mágica, la telepatía, la telekinesis, la comunicación con los muertos, el origen extraterrestre y otras variantes paranormales jamás fueron demostradas. Si usted recurre a alguno de estos argumentos, primero debe demostrarlos en general, y luego aplicado a la existencia de los Niños Índigo.
5- Coincidencia de características “índigo”.
¿Encuentra en usted mismo o en otra persona coincidencias con las características de los Niños Índigo? Esto sería una evidencia de la existencia de los Niños Índigo.
Sólo tiene que cumplir que esas características:
- Sean exclusivas: si se trata de un nuevo tipo de ser humano, entonces esas características no deben ser compartidas por otro ser humano no-índigo.
- No sean vagas o generales: como “inquieto”, “impulsivo”, “desobediente”, ya que millones de niños son así.
- Sean plausibles: que esas características no sean ilusiones como las propiedades pseudocientíficas del tipo “lee la mente” o “se comunica con el pensamiento”.
- No sean subjetivas: como “transmite paz interior”, “son más espirituales”, “genera un ambiente de tranquilidad”.
6- El “informe de la Universidad de California”
Muchos afirman que los Niños Índigo existen porque así lo demuestra una “investigación de la Universidad de California”. El informe parece perdido porque no se conoce ni el contenido, ni el título, ni el autor. ¿Usted lo tiene? Pues muéstrelo así podemos leerlo, analizar las pruebas y eventualmente consultar a los autores de la “investigación de la Universidad de California”.
7- Las pruebas del ADN y otras características físicas.
Algunos indigólogos recurren a supuestas evidencias físicas: que el ADN índigo es distinto al humano, que usan diferente los hemisferios cerebrales, que nunca se enferman, etc. ¿Usted sostiene eso? Bien, pruébelo es lo que falta para sostener como ciertas a esas afirmaciones.
8- La confirmación por analogía.
Las analogías son interesantes para incentivarnos a pensar, pero no sirven para corroborar ideas. Muchos afirman que
- los Niños Índigo existen,
- que no tienen pruebas,
- pero que será demostrado en el futuro
Para sostener esto como cierto recurren a la analogía del heliocentrismo, dicen algo así:
“muchos científicos sostenían que el Sol era el centro de nuestro sistema planetario pero no les creyeron y siglos después se demostró. Que lo mismo ocurre con los Niños Índigo, ahora no me creen pero en el futuro se demostrará.”
Este argumento es absurdo, primero por querer usar una analogía para validar un concepto. Luego porque quienes sostuvieron el sistema heliocéntrico (o cualquier caso similar) PRIMERO tuvieron las pruebas y LUEGO expresaron sus ideas. Finalmente si este argumento fuera válido, cualquier afirmación sin pruebas sería veraz, incluso las que confirman y niegan la misma idea. Como sabemos, algo no puede ser y no ser a la vez. Si usted se apoya en este argumento para sostener la existencia de los Niños Índigo, yo sostengo lo contrario por los mismos motivos.
Si sus pruebas caen en alguna de estas categorías no voy a tomar como ciertas a sus fantasías. No me haga perder el tiempo contestándole.
Si usted tiene pruebas que demuestren la existencia de los Niños Índigo, Cristal o cualquier otra secuela de los índigo, expóngala en esta bitácora. La voy a publicar, voy a borrar los artículos anteriores y me voy a convertir en el primer defensor de la existencia de estos seres.
Espero sus pruebas en un comentario de esta entrada o a quintanamdp@gmail.com
2.2.09
Niños índigo, niños TDHA? Mitos y realidades de los niños índigo.
Emideth Majul Gabriel*
Resumen.
En las últimas décadas ha sido común escuchar el término de niños índigos para designar a niños que han sido considerados como diferentes y especiales y cuyo objetivo es modificar la evolución de la humanidad a un nivel mayor de consciencia.
Su estudio y descripción pertenecen más al campo esotérico, pero la psicología debe responder sí deben ser considerados como una entidad independiente y diferente de otros cuadros como por ejemplo de los niños diagnosticados con TDHA.
En este artículo se concluye que no hay razones validas y confiables para establecer una nueva clasificación nosológica.
Palabras clave; Niños índigo, Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, infancia.
Abstract
For many years has been common to listen about of indigos children that designate to children who have been considered as different and special and whose objective is to modify the evolution of the humanity at a greater level of conscience.
Their study and description belong but to the esoteric field, but the psychology must respond if must be considered how an organization independent and different from other psychopathologies, for example of the children diagnosed with TDHA.
This articulate concludes that there aren’t reliable reasons to establish a new psychiatry classification.
Key words: indigo kid´s, TDHA, childhood.
Introducción.
Durante mucho tiempo la conducta desviada o problemática a sido clasificada y entendida por los psiquiatras o profesionales afines, los cuales sistematizan su conocimiento en libros como "el Manual diagnóstico estadístico para las enfermedades mentales (DSM – IV) (Asociación Psiquiátrica Americana, 1995).
De tal forma, el comportamiento infantil con determinadas características era diagnosticado bajo el rubro de "Trastorno por déficit de Atención" (con hiperactividad).
Actualmente, cierto sector de la población ya no esta de acuerdo con esta nosología y le han dado valor al término del niño índigo. Siendo que sus razones son los efectos secundarios del Ritalin (medicamento que se aplica a los niños con trastorno por déficit de atención) y porque no se ha logrado una cura definitiva.
Pero no solamente hay que darle valor a esas razones, sino que también para entender el concepto de niño índigo es necesario referirse brevemente a la ideología "New Age" (Nueva Era) que podría ser definida como aquella corriente cultural, filosófica, religiosa que pretende reaccionar contra el mundo y el estado presente de la humanidad y empujarla hacia una nueva conciencia, hacia una forma de ser espiritual (Anodea, 2000).
Se puede decir que es una mezcla de religiones orientales, espiritismo, terapias alternativas, psicología transpersonal, ecología profunda, astrología, gnosticismo, proclamando el inicio de una nueva época (Las Heras, 2002).
Parece que su objetivo es indicarle al hombre que se ha llegado a una etapa de la humanidad, donde no hay sufrimiento, donde el hombre hace conciencia de su existir, por la cual busca una identidad.
Los líderes de este pensamiento suelen ser gente de la revolución contracultural de los años 60 y 70 que rechazan los valores y caminos religiosos tradicionales, a favor del libertinaje, de la cultura de la droga, del amor libre y de los experimentos de comunidades utópicas (Vidal de Teneiro, 2001).
Las ideas más comunes de esta ideología son: El mundo está a punto de entrar en un período de paz y armonía mundial señalado por la astrología como la Era del Acuario (Lamare, 2001).
Dicha era será fruto de una nueva conciencia en los hombres, así el hombre se dará cuenta de sus poderes sobrenaturales y sabrá que no hay ningún dios fuera de sí mismo (Panteísmo) Entonces cada hombre creará su propia verdad, no hay bien y mal (relativismo filosófico y moral), toda experiencia es un paso hacia la conciencia de su divinidad (Anodea, 2000).
Es en este contexto sociocultural donde aparece el término de niño índigo, siendo la finalidad de este artículo reflexionar sobre su validez científica, a partir, primeramente de establecer las características del niño con trastorno de déficit por déficit de atención (con hiperactividad), luego describiendo el comportamiento del niño índigo y finalmente, en las conclusiones de este artículo, analizarlo desde la perspectiva nosológica psiquiátrica, para verificar si hay razón o no para considerarlo como una entidad diferente.
Trastorno de déficit de atención.
Según el DSM IV (APA, 1995) los criterios para el diagnóstico de Trastorno por déficit de atención con hiperactividad
A. Existen 1 o 2:
1. seis (o más) de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Desatención:
-a menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
-a menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
-a menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
-a menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones).
-a menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
-a menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
-a menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas).
-a menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
-a menudo es descuidado en las actividades diarias.
2. seis (o más) de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Hiperactividad
-a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
-a menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado.
-a menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).
-a menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
-a menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un motor.
-a menudo habla en exceso
Impulsividad
-a menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
-a menudo tiene dificultades para guardar tumo.
- a menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej. se entromete en conversaciones o juegos)
B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes (p. ej., en la escuela [o en el trabajo] y en casa).
D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.
E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o un trastorno de la personalidad).
Este mismo manual hace las siguientes subclasificaciones:
1) Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo combinado.
Si se satisfacen los Criterios A1 y A2 durante los últimos 6 meses
2) Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio del déficit de atención.
Si se satisface el Criterio A1, pero no el Criterio A2 durante los últimos 6 meses
3) Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio hiperactivo-impulsivo.
Si se satisface el Criterio A2, pero no el Criterio A1 durante los últimos 6 meses
Nota de codificación. En el caso de sujetos (en especial adolescentes y adultos) que actualmente tengan síntomas que ya no cumplen todos los criterios, debe especificarse en "remisión parcial".
Ahora bien, las causas exactas del TDA/H aún permanecen esquivas, pero la investigación indica que al menos tres regiones cerebrales separadas, pero a la vez interactúantes, están asociadas a la condición. La investigación también señala claramente que el TDA/H tiende a correr en familias. Más de 20 estudios genéticos han encontrado evidencia de que el trastorno es principalmente una condición heredada, con base neurológica. El TDA/H es un rasgo complejo y los rasgos complejos son típicamente el resultado de la interacción de múltiples genes. Los problemas en la crianza o las situaciones de vida hacen que el TDA/H mejore o empeore, pero no son la causa del trastorno (Goldman et al, 1998).
También es importante anotar que los medicamentos psicoestimulantes comunes que se usan para el tratamiento del TDA/H incluyen el metilfenidato (Ritalin, Concerta, Metadate, Focalin), las sales mixtas de un producto de anfetamina de entidad sencilla (Adderall, Aderall XR) y la dextroanfetamina (Dexedrine, Dextrostat). El metilfenidato, la anfetamina y las sales mixtas de anfetamina ahora están disponibles en preparaciones de acción corta y acción prolongada. Generalmente, las preparaciones de acción corta duran aproximadamente 4 horas; las preparaciones de acción prolongada son más variables en la duración, algunas duran de 6 a 8 horas, y las más nuevas hasta 10 a 12 horas. Por supuesto, puede haber una variación individual amplia, la cual no puede predecirse, y que sólo se hará evidente una vez que el medicamento se pruebe (MTA Cooperative Group, 1999).
Así mismo como cualquier medicamento, el ritalin puede tener efectos secundarios, entre los cuales están: Nerviosismo e insomnio son los efectos más comunes. Se manifiesta al comienzo del tratamiento y suelen poder ser controlados reduciendo la dosis y dejando de tomar el medicamento por la tarde o la noche.
También es corriente la pérdida del apetito, aunque suele ser pasajera. Sistema nervioso central y periférico: Ocasionales: cefalea, somnolencia, vértigo, discinesia. Raros: dificultades de la acomodación y visión borrosa. En casos aislados: hiperactividad, convulsiones, calambres musculares, movimientos coreotetoides, tics o exacerbaciones de tics ya existentes y síndrome de Gilles de la Tourette, psicosis tóxica (a veces con alucinaciones visuales y táctiles), humor depresivo transitorio, arteritis cerebral y/o oclusión. Tracto gastrointestinal: Ocasionales: dolor abdominal, náuseas, vómitos. Suelen ocurrir al comienzo del tratamiento y pueden verse aliviados por la ingestión simultánea de alimentos. Sequedad de boca. Aparato Cardiovascular: Ocasionales: taquicardia, palpitaciones, arritmias, cambios en la tensión arterial y la frecuencia cardíaca (de ordinario un incremento). Raros: angina de pecho. Pie y/o Reacciones de Hipersensibilidad: Ocasionales: Erupción, prurito, urticaria, fiebre, artralgia, alopecia. Sangre: En casos aislados: leucopenia, trombocitopenia, anemia. Otros: Raros: reducción moderada del aumento de peso y un poco de retraso del crecimiento durante la terapéutica prolongada en niños (Spencer et al, 1996).
Además se sabe que la medicación no cura el TDA/H; cuando es efectiva, alivia los síntomas del TDA/H durante el tiempo en que está activa. Por lo tanto, no es como un antibiótico que puede curar una infección bacteriana, sino más bien como los espejuelos que ayudan a mejorar la visión sólo durante el tiempo en que se usan. Luego de repasar la evidencia científica, se ha informado que "la farmacoterapia, particularmente los estimulantes, han sido estudiados extensamente. La medicación sola generalmente provee mejora significativa de los síntomas a corto plazo y mejora académica" y "la proporción entre riesgo y beneficio del tratamiento con estimulantes en el TDA/H debe evaluarse y supervisarse de manera continua en cada caso, pero en general es altamente favorable" (Swanson et al, 2001).
Sea como fuere, una vez establecido los criterios diagnósticos del niño con trastorno por déficit de atención y nombrado algunos hechos relevantes asociados a este trastorno, a continuación se aborda el término del niño índigo.
El niño índigo.
Se afirma que es a partir de la década del 80, que ellos comenzaron a llegar, cada vez más. Son niños espectaculares. Están llegando para ayudar a la transformación social, educativa, familiar y espiritual de todo el planeta, independientemente de las fronteras y de las clases sociales (Carrol et al, 2001). Son como catalizadores para desencadenar las reacciones necesarias para las transformaciones (Piedrafita, 2001). Ellos poseen una estructura cerebral diferente en lo que se refiere al uso de los potenciales de los hemisferios izquierdo (menos) y derecho (más). Esto significa que ellos van más allá del plano intelectual, estando el foco de su brillo en el plano de la acción. Ellos exigen del ambiente que los rodea ciertas características que no son comunes ni auténticas en las sociedades actuales (Tappe, 1982).
Quien planteó por primera vez la calificación índigo aplicada a un grupo de niños fue Tappe (1982) parapsicóloga, conferencista e investigadora en esa materia. Explica que los seres humanos irradiamos "capas áuricas" con determinados colores. Y que sólo algunas personas pueden ver dichas auras; no obstante, en esas capas, según los colores en juego, se definen rasgos de personalidad y otros aspectos inherentes al individuo.
Esa autora identificó las características de los grupos por colores y luego las desarrolló. Ella misma declara haber visto las auras de los niños en esa intensidad cromática, cuya definición en el diccionario ronda el "añil, colorante natural azul oscuro obtenido de varias plantas del género Indigófera.
Sin embargo, el color índigo es sólo una de las características de estos niños a quienes se les han asignado diversas maneras de identificación o denominaciones: Niños estelares, Niños especiales, Niños de luz, Niños de la Nueva Era, Nuevos niños, Niños mágicos, Niños nazarenos o acuarianos, Dark blue children, Millenium children, entre otras (Aisenberg et al, 2003).
Los niños índigo ayudarán a destituir dos paradigmas de la humanidad (Tober et al, 1999):
Nos ayudarán a disminuir el distanciamiento entre pensar y actuar. Hoy en nuestra sociedad todos saben lo qué está bien o mal. Sin embargo, frecuentemente actuamos diferentemente a cómo pensamos. Estos niños van a inducirnos a disminuir este distanciamiento, generando así una sociedad más auténtica, transparente, verdadera, con mayor confianza en nuestras relaciones.
Ellos también nos ayudarán a mudar el foco del yo hacia el prójimo, inicialmente a partir del restablecimiento de la autenticidad y la confianza de la humanidad, que son requisitos previos para que podamos respetar y considerar más al prójimo que a nosotros mismos. Como consecuencia, disminuirán el Egoísmo, la Envidia, las Exclusiones, resultando en una mayor solidaridad y capacidad de compartir.
Tipos de Niños Índigo
Según Llinares (2001) hay cuatro tipos diferentes de Índigos, cada uno con un propósito:
1. El humanista: que está destinado a trabajar con las masas. Ellos son los médicos, abogados, profesores, comerciantes, ejecutivos y políticos del mañana. Ellos servirán a las masas y son muy hiperactivos y extremadamente sociables. Ellos hablarán con todo el mundo, siempre en forma muy, pero muy amigable. Ellos son torpes y muy hiperactivos. Algunas veces se estrellarán contra una pared porque olvidaron poner los frenos. Ellos no saben cómo jugar con un juguete, pero le sacarán todas las partes que contengan y probablemente después no lo vuelvan a tocar. Son del tipo de persona al que hay que recordarles las cosas permanentemente, porque a menudo se olvidan de las órdenes simples y se distraen. Son lectores feroces.
2. El conceptual: están más interesados en proyectos que en personas. Ellos serán los ingenieros, arquitectos, diseñadores, astronautas, pilotos y militares del mañana. Ellos no son torpes, por el contrario, son niños muy atléticos. Son controladores y la persona que más tratan de controlar es a su madre si son niños, y a su padre si son niñas. Este tipo de Índigo tiene tendencia a la adicción, especialmente a drogas durante la adolescencia. Sus padres deben vigilar estrechamente sus patrones de comportamiento.
3. El artista: es mucho más sensible y su cuerpo a menudo es más pequeño, aunque eso no es una regla general. Están más inclinados hacia el arte, son muy creativos y serán los profesores y artistas del mañana. Sea lo que sea a lo que se dediquen, siempre estarán orientados hacia el lado creativo. Dentro del campo de la medicina, serán cirujanos o investigadores. En el campo de las artes, serán los actores. Entre los 4 y los 10 años, ellos pueden involucrarse en hasta 15 actividades creativas diferentes, le dedicarán 5 minutos a una y luego la abandonarán.
4. El interdimensional: es mucho más grande que los demás índigos, desde el punto de vista de la estatura. Entre los 1 y 2 años ya no les podrá decir nada. Ellos dirán: "Yo ya lo sé" o "Yo puedo hacer eso", o "Déjame sólo". Son ellos quienes traerán nuevas filosofías y espiritualidad a este mundo. Pueden llegar a convertirse en bravucones y jactanciosos porque son mucho más grandes y también porque no encajan en ningún patrón de los otros 3 tipos.
De manera general, según Carrol et al (2001) su comportamiento se caracteriza por:
-vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan de ese modo).
-tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten eso.
La autoestima no es para los niños índigo un gran tema de preocupación. Con frecuencia les dicen a sus padres "quiénes son ellos".
-tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta sin ninguna explicación y sin alternativa.
simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos.
-Se frustran con sistemas rituales que no requieren pensamiento creativo.
-Con frecuencia ellos encuentran mejores formas de hacer las cosas, tanto en casa como en la escuela, lo que los hace parecer rebeldes, inconformes con cualquier sistema.
-Parecen antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con un nivel de consciencia similar, a menudo se tornan introvertidos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela a menudo es muy difícil para ellos desde el punto de vista social.
-Ellos no son tímidos a la hora de expresar lo que necesitan. No responden a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho").
Chapman (2001) enumera las siguientes características para ayudar a identificar si un niño es Índigo:
Tiene gran sensibilidad.
Tiene energía en exceso.
Se distrae fácilmente o tiene bajo poder de concentración.
Necesita adultos emocionalmente estables y seguros a su alrededor.
Se resiste a la autoridad si ésta no está democráticamente orientada.
Prefiere otras formas de aprendizaje para la lectura y las matemáticas en particular.
Puede frustrarse fácilmente porque tiene grandes ideas pero pocos recursos o personas dispuestas a ayudarle a realizarlas.
Aprende a un nivel exploratorio, y se resiste a memorizar mecánicamente o a ser un mero oyente.
No dura mucho tiempo sentado a menos que esté absorto en un tema de su interés.
Es muy compasivo y tiene muchos miedos, tales como a la muerte y a la pérdida de sus seres queridos.
Si experimenta fracasos o decepción a edad muy temprana, puede desistir y desarrollar un bloqueo permanente.
Por su parte, Solari (2001) nombra las siguientes características:
Son multidimensionales y altamente sensibles, con muchos talentos y poderes intuitivos.
Instintivamente saben quiénes son, lo que necesitan y lo que es verdadero.
Como poseen una mirada diferente de la vida, tienen otras prioridades, valores y necesidades.
Son muy sensibles a los estímulos. Tienen sus sentidos más desarrollados que el promedio habitual y muchas veces se ven sobrepasados por las energías de su entorno.
Físicamente pueden ser más sensibles a los olores o a los sonidos, por lo cual les resultan generalmente molestas las multitudes y los lugares muy ruidosos.
Pueden percibir los sentimientos no manifiestos de las otras personas sin comprender de dónde provienen. Les cuesta diferenciar entre su propia energía y la de los demás, ya que absorben la energía del ambiente y la de otras personas y la toman como propia.
Como tienen más desarrollada la percepción extra-sensorial (telepatía, clarividencia, etc.) y son extremadamente sensibles, tienen la facilidad de ver rápidamente cuando se intenta engañarlos, ya sea con palabras o con falsas apariencias.
Son muy sensibles a las emociones y tienen una conexión espiritual más profunda.
Pueden ver auras y espíritus alrededor suyo muy frecuentemente, y percibir la energía de las personas y los lugares.
Tienen sueños muy vividos que generalmente recuerdan, y les sirven de guía y ayuda en su vida. Algunos también pueden tener premoniciones.
Poseen una conciencia interdimensional. Algunos tienen recuerdos de sus experiencias antes de encarnar (es decir, antes de venir a esta vida) y muchos ya son concientes de cuál es su misión en la Tierra. Muchas veces tienen conocimientos o sabiduría que trasciende su experiencia inmediata y su edad cronológica.
En resumen, se podría afirmar que los niños índigo nacen en cualquier clase socioeconómica y se caracterizan, básicamente, por poseer un nuevo estado de conciencia. La llegada de estos "nuevos hombres" no es casualidad: tendrían una tarea muy específica por delante:
"Son puentes entre la tercera y cuarta dimensión, y activan el verdadero cambio en el seno mismo de la familia, en el hogar" (Cabobianco, 1991).
De tal forma, que su comportamiento atípico solo es un cuestionamiento a los paradigmas existentes.
Conclusiones.
Es indudable que en la actualidad el ser humano no solo busca la gratificación de sus necesidades físicas, emocionales, sociales, etc., sino que también existe una preocupación, real, por lograr la trascendencia y su desarrollo espiritual.
La psicología está atenta a este hecho y así por ejemplo la psicología transpersonal aporta una nueva mirada, integral y energética del ser humano, y de los conceptos de salud y enfermedad psíquica.
Desde este punto de vista el hombre es un ser que posee un núcleo esencial y que en el transcurso de su existencia tendrá la posibilidad de desplegarlo. Este núcleo esencial o verdadero ser, trasciende la personalidad y a la vez lo conecta con las leyes del universo que tienden a armonizarlo. Siendo que muchas de sus conclusiones han sido verificadas en diversos estudios (por ejemplo, los trabajos de Walsh, 1992).
Ahora bien, si recordamos que la ciencia es el conjunto de conocimientos susceptibles de probarse, de ser sistematizados, realizables y dirigidos a objetos de una misma naturaleza y que esta serie de conocimientos pueden ser ciertos o probables, racionales, sistematizados y verificables, dirigidos a objetos de igual naturaleza.
Se puede observar que el concepto de niños índigo no cumple estas características, dado que sobre todo, no pueden ser verificables, ni comprobables, los fundamentos en que se sustenta la explicación del comportamiento de este tipo de niños.
Además si se analizan, las características propuestas para definir a un niño índigo, con un "ojo" crítico, se puede concluir que simplemente se están definiendo de una manera "positiva" los comportamientos propuestos para diagnosticar a un niño con trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Por ejemplo, Carrol et al (2001) especifica que este tipo de niños se frustran con sistemas rituales que no requieren pensamiento creativo, lo que el DSM IV (APA, 1995) llama un factor de desatención al evitar, disgustarle o ser renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
Para tratar de diferenciarse del criterio nosológico, presuponen que hay "muchas" tareas que no requieren un pensamiento creativo y por eso el niño índigo se rebela a realizarlas. No aportando estudios que avalen este hecho, por lo que pareciera que solo se trata de "justificar" la conducta de ese niño.
En ese sentido, la pregunta a plantearse debe ser:
¿es factible lograr una adaptación plena y funcional al medio ambiente, solo con un pensamiento creativo o solo ejecutando conductas creativas?
La respuesta es NO. Un desarrollo normal implica la ejecución de una serie de conductas habituales y estereotipadas, así como la presencia de comportamientos creativos y espontáneos.
Apegarse a cualquier polo es disfuncional.
Este mismo análisis se podría realizar con cada una de las características que se proponen para definir a un niño índigo. Por lo que la conclusión de la autora de este artículo es que no existen elementos suficientes que avalen el hecho de crear una categoría especial y diferencial entre los niños índigo y los niños diagnosticados con trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Por lo tanto, si ya se tiene una categoría diagnóstica (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) que esta sustentada por diversos estudios y ha sido útil para comprender el comportamiento de estos niños, no es viable cambiarla por otra, con elementos más subjetivos y no demostrables.
Pareciera ser, que tratar de apegarse al término de niños índigos, es una intelectualización por parte de los padres o de un sector de la población para bajar la ansiedad y los conflictos que generan estos niños, al considerarlos "especiales o únicos".
Aspecto que se refuerza por la ideología del New Age, pues como se describió anteriormente, su finalidad es la creación de un "mundo sin dolor", más espiritual, sin centrarse en los aspectos que se podrían definir como "terrenales"
Además, se considera que no es válido apegarse a esta ideología por la simple razón de los efectos secundarios que puede conllevar el tratamiento con ritalin, pues, por una parte, es importante anotar que no en todos los casos se presentan dichos efectos y, por otra parte, los avances de la ciencia son muy rápidos y ya en la actualidad existen otras alternativas psicofarmacológicas.
Sea como fuere, también es esencial anotar que no por el simple hecho de invalidar el concepto de niño índigo se deben rechazar todas las aportaciones del campo esotérico pues el conocimiento del mundo y la naturaleza no solo puede ser abarcado por la ciencia pragmática, lo único que hay que estar atento es que el conocimiento subjetivo este suficientemente avalado por la lógica y la razón.
Bibliografía.
Aisenberg, S. y Melamud, E. (2003) Niños Índigo. Nuevos seres para una nueva tierra. Buenos Aires, Argentina: Kier.
Anodea, J. (2000). New Age. New York, USA: Robin Book.
Asociación Psiquiátrica Americana (1995) Manual diagnóstico estadístico para las enfermedades mentales (DSM – IV). México, D. F.: Masson.
Cabobianco, F. (1991). Vengo del Sol. Buenos Aires, Argentina: Longseller.
Carrol, L y Tobber, J. (2001). Los Niños Índigo. Barcelona, España: Obelisco.
Chapman, W. (2001). Introduction to indigo children – what´s an indigo child? (On line) Disponible en: http://www.cultivaelespiritu.com (2, 04, 2006).
Goldman, L. S.; Genel, M.; Bezman, R. J. y Slanetz, P. J. (1998). "Diagnosis and treatment of attention-deficit/hyperactivity disorder in children and adolescent". Journal of the American Medical Association, 279, pp.1100-1107.
Lamare, D. (2001). Tiempo de desapego. Buenos Aires, Arg.: Santa Fe.
Las Heras, A. (2002). Parapsicología:de la magia y la hechicería a las curaciones paranormales. Barcelona, España: Tusquets.
Llinares, N. (2001) Niños Índigo. Guía para padres, terapeutas y educadores. México, D. F.: Expo-ser..
MTA Cooperative Group. (1999). "A 14-month randomized clinical trial of treatment strategies for attention-deficit/hyperactivity disorder". Archives of General Psychiatry. 56, pp. 1073-1086.
Piedrafita Moreno, J. M. (2001) Niños Índigo. Educar en la nueva vibración. Zaragoza, España: Vésica Piscis.
Solari Parravicini, B. (2001) El testamento profético. Buenos Aires, Argentina; Kier.
Spencer, T.; Biederman, J.; Wilens, T. E.; Harding, M.; O’Donnell, D. y Griffin, S. (1996). "Pharmacotherapy of attention-deficit disorder across the life cycle". Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatr. 35 (4), pp. 409-432.
Swanson, J. M.; Kraemer, H. C.; Hinshaw, S. P.; Arnold, L. E.; Conners, C. K. y Abikoff, H. B., (2001). "Clinical relevance of the primary findings of the MTA: Success rates based on severity of ADHD and ODD symptoms at the end of treatment". Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. 40, pp.168-179.
Tappe, N. A. (1982) Understanding Your Life Through Color. New York, USA: Starling Pub.
Tober, J. y Carroll, L. (1999) Indigo Children. The new kids have arrived. Carlsbad, USA: The House Inc.
Vidal de Teneiro, I. (2001). Alerta! New Age. Florida, USA: Florida Center for Peace.
Walsh, R. (1992) "The Search for Synthesis" Journal of Humanistic Psychology. vol.32, nº.1, pp. 19-45.
*Este artículo fue publicado originalmente en la página web del Instituto Mexicano de la Pareja y reproducido con autorización de la autora.
Resumen.
En las últimas décadas ha sido común escuchar el término de niños índigos para designar a niños que han sido considerados como diferentes y especiales y cuyo objetivo es modificar la evolución de la humanidad a un nivel mayor de consciencia.
Su estudio y descripción pertenecen más al campo esotérico, pero la psicología debe responder sí deben ser considerados como una entidad independiente y diferente de otros cuadros como por ejemplo de los niños diagnosticados con TDHA.
En este artículo se concluye que no hay razones validas y confiables para establecer una nueva clasificación nosológica.
Palabras clave; Niños índigo, Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, infancia.
Abstract
For many years has been common to listen about of indigos children that designate to children who have been considered as different and special and whose objective is to modify the evolution of the humanity at a greater level of conscience.
Their study and description belong but to the esoteric field, but the psychology must respond if must be considered how an organization independent and different from other psychopathologies, for example of the children diagnosed with TDHA.
This articulate concludes that there aren’t reliable reasons to establish a new psychiatry classification.
Key words: indigo kid´s, TDHA, childhood.
Introducción.
Durante mucho tiempo la conducta desviada o problemática a sido clasificada y entendida por los psiquiatras o profesionales afines, los cuales sistematizan su conocimiento en libros como "el Manual diagnóstico estadístico para las enfermedades mentales (DSM – IV) (Asociación Psiquiátrica Americana, 1995).
De tal forma, el comportamiento infantil con determinadas características era diagnosticado bajo el rubro de "Trastorno por déficit de Atención" (con hiperactividad).
Actualmente, cierto sector de la población ya no esta de acuerdo con esta nosología y le han dado valor al término del niño índigo. Siendo que sus razones son los efectos secundarios del Ritalin (medicamento que se aplica a los niños con trastorno por déficit de atención) y porque no se ha logrado una cura definitiva.
Pero no solamente hay que darle valor a esas razones, sino que también para entender el concepto de niño índigo es necesario referirse brevemente a la ideología "New Age" (Nueva Era) que podría ser definida como aquella corriente cultural, filosófica, religiosa que pretende reaccionar contra el mundo y el estado presente de la humanidad y empujarla hacia una nueva conciencia, hacia una forma de ser espiritual (Anodea, 2000).
Se puede decir que es una mezcla de religiones orientales, espiritismo, terapias alternativas, psicología transpersonal, ecología profunda, astrología, gnosticismo, proclamando el inicio de una nueva época (Las Heras, 2002).
Parece que su objetivo es indicarle al hombre que se ha llegado a una etapa de la humanidad, donde no hay sufrimiento, donde el hombre hace conciencia de su existir, por la cual busca una identidad.
Los líderes de este pensamiento suelen ser gente de la revolución contracultural de los años 60 y 70 que rechazan los valores y caminos religiosos tradicionales, a favor del libertinaje, de la cultura de la droga, del amor libre y de los experimentos de comunidades utópicas (Vidal de Teneiro, 2001).
Las ideas más comunes de esta ideología son: El mundo está a punto de entrar en un período de paz y armonía mundial señalado por la astrología como la Era del Acuario (Lamare, 2001).
Dicha era será fruto de una nueva conciencia en los hombres, así el hombre se dará cuenta de sus poderes sobrenaturales y sabrá que no hay ningún dios fuera de sí mismo (Panteísmo) Entonces cada hombre creará su propia verdad, no hay bien y mal (relativismo filosófico y moral), toda experiencia es un paso hacia la conciencia de su divinidad (Anodea, 2000).
Es en este contexto sociocultural donde aparece el término de niño índigo, siendo la finalidad de este artículo reflexionar sobre su validez científica, a partir, primeramente de establecer las características del niño con trastorno de déficit por déficit de atención (con hiperactividad), luego describiendo el comportamiento del niño índigo y finalmente, en las conclusiones de este artículo, analizarlo desde la perspectiva nosológica psiquiátrica, para verificar si hay razón o no para considerarlo como una entidad diferente.
Trastorno de déficit de atención.
Según el DSM IV (APA, 1995) los criterios para el diagnóstico de Trastorno por déficit de atención con hiperactividad
A. Existen 1 o 2:
1. seis (o más) de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Desatención:
-a menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
-a menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
-a menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
-a menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones).
-a menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
-a menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
-a menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas).
-a menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
-a menudo es descuidado en las actividades diarias.
2. seis (o más) de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Hiperactividad
-a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
-a menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado.
-a menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).
-a menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
-a menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un motor.
-a menudo habla en exceso
Impulsividad
-a menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
-a menudo tiene dificultades para guardar tumo.
- a menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej. se entromete en conversaciones o juegos)
B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o desatención que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes (p. ej., en la escuela [o en el trabajo] y en casa).
D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académica o laboral.
E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o un trastorno de la personalidad).
Este mismo manual hace las siguientes subclasificaciones:
1) Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo combinado.
Si se satisfacen los Criterios A1 y A2 durante los últimos 6 meses
2) Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio del déficit de atención.
Si se satisface el Criterio A1, pero no el Criterio A2 durante los últimos 6 meses
3) Trastorno por déficit de atención con hiperactividad, tipo con predominio hiperactivo-impulsivo.
Si se satisface el Criterio A2, pero no el Criterio A1 durante los últimos 6 meses
Nota de codificación. En el caso de sujetos (en especial adolescentes y adultos) que actualmente tengan síntomas que ya no cumplen todos los criterios, debe especificarse en "remisión parcial".
Ahora bien, las causas exactas del TDA/H aún permanecen esquivas, pero la investigación indica que al menos tres regiones cerebrales separadas, pero a la vez interactúantes, están asociadas a la condición. La investigación también señala claramente que el TDA/H tiende a correr en familias. Más de 20 estudios genéticos han encontrado evidencia de que el trastorno es principalmente una condición heredada, con base neurológica. El TDA/H es un rasgo complejo y los rasgos complejos son típicamente el resultado de la interacción de múltiples genes. Los problemas en la crianza o las situaciones de vida hacen que el TDA/H mejore o empeore, pero no son la causa del trastorno (Goldman et al, 1998).
También es importante anotar que los medicamentos psicoestimulantes comunes que se usan para el tratamiento del TDA/H incluyen el metilfenidato (Ritalin, Concerta, Metadate, Focalin), las sales mixtas de un producto de anfetamina de entidad sencilla (Adderall, Aderall XR) y la dextroanfetamina (Dexedrine, Dextrostat). El metilfenidato, la anfetamina y las sales mixtas de anfetamina ahora están disponibles en preparaciones de acción corta y acción prolongada. Generalmente, las preparaciones de acción corta duran aproximadamente 4 horas; las preparaciones de acción prolongada son más variables en la duración, algunas duran de 6 a 8 horas, y las más nuevas hasta 10 a 12 horas. Por supuesto, puede haber una variación individual amplia, la cual no puede predecirse, y que sólo se hará evidente una vez que el medicamento se pruebe (MTA Cooperative Group, 1999).
Así mismo como cualquier medicamento, el ritalin puede tener efectos secundarios, entre los cuales están: Nerviosismo e insomnio son los efectos más comunes. Se manifiesta al comienzo del tratamiento y suelen poder ser controlados reduciendo la dosis y dejando de tomar el medicamento por la tarde o la noche.
También es corriente la pérdida del apetito, aunque suele ser pasajera. Sistema nervioso central y periférico: Ocasionales: cefalea, somnolencia, vértigo, discinesia. Raros: dificultades de la acomodación y visión borrosa. En casos aislados: hiperactividad, convulsiones, calambres musculares, movimientos coreotetoides, tics o exacerbaciones de tics ya existentes y síndrome de Gilles de la Tourette, psicosis tóxica (a veces con alucinaciones visuales y táctiles), humor depresivo transitorio, arteritis cerebral y/o oclusión. Tracto gastrointestinal: Ocasionales: dolor abdominal, náuseas, vómitos. Suelen ocurrir al comienzo del tratamiento y pueden verse aliviados por la ingestión simultánea de alimentos. Sequedad de boca. Aparato Cardiovascular: Ocasionales: taquicardia, palpitaciones, arritmias, cambios en la tensión arterial y la frecuencia cardíaca (de ordinario un incremento). Raros: angina de pecho. Pie y/o Reacciones de Hipersensibilidad: Ocasionales: Erupción, prurito, urticaria, fiebre, artralgia, alopecia. Sangre: En casos aislados: leucopenia, trombocitopenia, anemia. Otros: Raros: reducción moderada del aumento de peso y un poco de retraso del crecimiento durante la terapéutica prolongada en niños (Spencer et al, 1996).
Además se sabe que la medicación no cura el TDA/H; cuando es efectiva, alivia los síntomas del TDA/H durante el tiempo en que está activa. Por lo tanto, no es como un antibiótico que puede curar una infección bacteriana, sino más bien como los espejuelos que ayudan a mejorar la visión sólo durante el tiempo en que se usan. Luego de repasar la evidencia científica, se ha informado que "la farmacoterapia, particularmente los estimulantes, han sido estudiados extensamente. La medicación sola generalmente provee mejora significativa de los síntomas a corto plazo y mejora académica" y "la proporción entre riesgo y beneficio del tratamiento con estimulantes en el TDA/H debe evaluarse y supervisarse de manera continua en cada caso, pero en general es altamente favorable" (Swanson et al, 2001).
Sea como fuere, una vez establecido los criterios diagnósticos del niño con trastorno por déficit de atención y nombrado algunos hechos relevantes asociados a este trastorno, a continuación se aborda el término del niño índigo.
El niño índigo.
Se afirma que es a partir de la década del 80, que ellos comenzaron a llegar, cada vez más. Son niños espectaculares. Están llegando para ayudar a la transformación social, educativa, familiar y espiritual de todo el planeta, independientemente de las fronteras y de las clases sociales (Carrol et al, 2001). Son como catalizadores para desencadenar las reacciones necesarias para las transformaciones (Piedrafita, 2001). Ellos poseen una estructura cerebral diferente en lo que se refiere al uso de los potenciales de los hemisferios izquierdo (menos) y derecho (más). Esto significa que ellos van más allá del plano intelectual, estando el foco de su brillo en el plano de la acción. Ellos exigen del ambiente que los rodea ciertas características que no son comunes ni auténticas en las sociedades actuales (Tappe, 1982).
Quien planteó por primera vez la calificación índigo aplicada a un grupo de niños fue Tappe (1982) parapsicóloga, conferencista e investigadora en esa materia. Explica que los seres humanos irradiamos "capas áuricas" con determinados colores. Y que sólo algunas personas pueden ver dichas auras; no obstante, en esas capas, según los colores en juego, se definen rasgos de personalidad y otros aspectos inherentes al individuo.
Esa autora identificó las características de los grupos por colores y luego las desarrolló. Ella misma declara haber visto las auras de los niños en esa intensidad cromática, cuya definición en el diccionario ronda el "añil, colorante natural azul oscuro obtenido de varias plantas del género Indigófera.
Sin embargo, el color índigo es sólo una de las características de estos niños a quienes se les han asignado diversas maneras de identificación o denominaciones: Niños estelares, Niños especiales, Niños de luz, Niños de la Nueva Era, Nuevos niños, Niños mágicos, Niños nazarenos o acuarianos, Dark blue children, Millenium children, entre otras (Aisenberg et al, 2003).
Los niños índigo ayudarán a destituir dos paradigmas de la humanidad (Tober et al, 1999):
Nos ayudarán a disminuir el distanciamiento entre pensar y actuar. Hoy en nuestra sociedad todos saben lo qué está bien o mal. Sin embargo, frecuentemente actuamos diferentemente a cómo pensamos. Estos niños van a inducirnos a disminuir este distanciamiento, generando así una sociedad más auténtica, transparente, verdadera, con mayor confianza en nuestras relaciones.
Ellos también nos ayudarán a mudar el foco del yo hacia el prójimo, inicialmente a partir del restablecimiento de la autenticidad y la confianza de la humanidad, que son requisitos previos para que podamos respetar y considerar más al prójimo que a nosotros mismos. Como consecuencia, disminuirán el Egoísmo, la Envidia, las Exclusiones, resultando en una mayor solidaridad y capacidad de compartir.
Tipos de Niños Índigo
Según Llinares (2001) hay cuatro tipos diferentes de Índigos, cada uno con un propósito:
1. El humanista: que está destinado a trabajar con las masas. Ellos son los médicos, abogados, profesores, comerciantes, ejecutivos y políticos del mañana. Ellos servirán a las masas y son muy hiperactivos y extremadamente sociables. Ellos hablarán con todo el mundo, siempre en forma muy, pero muy amigable. Ellos son torpes y muy hiperactivos. Algunas veces se estrellarán contra una pared porque olvidaron poner los frenos. Ellos no saben cómo jugar con un juguete, pero le sacarán todas las partes que contengan y probablemente después no lo vuelvan a tocar. Son del tipo de persona al que hay que recordarles las cosas permanentemente, porque a menudo se olvidan de las órdenes simples y se distraen. Son lectores feroces.
2. El conceptual: están más interesados en proyectos que en personas. Ellos serán los ingenieros, arquitectos, diseñadores, astronautas, pilotos y militares del mañana. Ellos no son torpes, por el contrario, son niños muy atléticos. Son controladores y la persona que más tratan de controlar es a su madre si son niños, y a su padre si son niñas. Este tipo de Índigo tiene tendencia a la adicción, especialmente a drogas durante la adolescencia. Sus padres deben vigilar estrechamente sus patrones de comportamiento.
3. El artista: es mucho más sensible y su cuerpo a menudo es más pequeño, aunque eso no es una regla general. Están más inclinados hacia el arte, son muy creativos y serán los profesores y artistas del mañana. Sea lo que sea a lo que se dediquen, siempre estarán orientados hacia el lado creativo. Dentro del campo de la medicina, serán cirujanos o investigadores. En el campo de las artes, serán los actores. Entre los 4 y los 10 años, ellos pueden involucrarse en hasta 15 actividades creativas diferentes, le dedicarán 5 minutos a una y luego la abandonarán.
4. El interdimensional: es mucho más grande que los demás índigos, desde el punto de vista de la estatura. Entre los 1 y 2 años ya no les podrá decir nada. Ellos dirán: "Yo ya lo sé" o "Yo puedo hacer eso", o "Déjame sólo". Son ellos quienes traerán nuevas filosofías y espiritualidad a este mundo. Pueden llegar a convertirse en bravucones y jactanciosos porque son mucho más grandes y también porque no encajan en ningún patrón de los otros 3 tipos.
De manera general, según Carrol et al (2001) su comportamiento se caracteriza por:
-vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan de ese modo).
-tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten eso.
La autoestima no es para los niños índigo un gran tema de preocupación. Con frecuencia les dicen a sus padres "quiénes son ellos".
-tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta sin ninguna explicación y sin alternativa.
simplemente no harán ciertas cosas; por ejemplo: esperar en una fila es muy difícil para ellos.
-Se frustran con sistemas rituales que no requieren pensamiento creativo.
-Con frecuencia ellos encuentran mejores formas de hacer las cosas, tanto en casa como en la escuela, lo que los hace parecer rebeldes, inconformes con cualquier sistema.
-Parecen antisociales a menos que se encuentren entre niños de su misma clase. Si no hay otros con un nivel de consciencia similar, a menudo se tornan introvertidos, sintiendo que ningún ser humano los entiende. La escuela a menudo es muy difícil para ellos desde el punto de vista social.
-Ellos no son tímidos a la hora de expresar lo que necesitan. No responden a la disciplina de "culpa" ("espera que tu padre llegue a casa y se entere de lo que has hecho").
Chapman (2001) enumera las siguientes características para ayudar a identificar si un niño es Índigo:
Tiene gran sensibilidad.
Tiene energía en exceso.
Se distrae fácilmente o tiene bajo poder de concentración.
Necesita adultos emocionalmente estables y seguros a su alrededor.
Se resiste a la autoridad si ésta no está democráticamente orientada.
Prefiere otras formas de aprendizaje para la lectura y las matemáticas en particular.
Puede frustrarse fácilmente porque tiene grandes ideas pero pocos recursos o personas dispuestas a ayudarle a realizarlas.
Aprende a un nivel exploratorio, y se resiste a memorizar mecánicamente o a ser un mero oyente.
No dura mucho tiempo sentado a menos que esté absorto en un tema de su interés.
Es muy compasivo y tiene muchos miedos, tales como a la muerte y a la pérdida de sus seres queridos.
Si experimenta fracasos o decepción a edad muy temprana, puede desistir y desarrollar un bloqueo permanente.
Por su parte, Solari (2001) nombra las siguientes características:
Son multidimensionales y altamente sensibles, con muchos talentos y poderes intuitivos.
Instintivamente saben quiénes son, lo que necesitan y lo que es verdadero.
Como poseen una mirada diferente de la vida, tienen otras prioridades, valores y necesidades.
Son muy sensibles a los estímulos. Tienen sus sentidos más desarrollados que el promedio habitual y muchas veces se ven sobrepasados por las energías de su entorno.
Físicamente pueden ser más sensibles a los olores o a los sonidos, por lo cual les resultan generalmente molestas las multitudes y los lugares muy ruidosos.
Pueden percibir los sentimientos no manifiestos de las otras personas sin comprender de dónde provienen. Les cuesta diferenciar entre su propia energía y la de los demás, ya que absorben la energía del ambiente y la de otras personas y la toman como propia.
Como tienen más desarrollada la percepción extra-sensorial (telepatía, clarividencia, etc.) y son extremadamente sensibles, tienen la facilidad de ver rápidamente cuando se intenta engañarlos, ya sea con palabras o con falsas apariencias.
Son muy sensibles a las emociones y tienen una conexión espiritual más profunda.
Pueden ver auras y espíritus alrededor suyo muy frecuentemente, y percibir la energía de las personas y los lugares.
Tienen sueños muy vividos que generalmente recuerdan, y les sirven de guía y ayuda en su vida. Algunos también pueden tener premoniciones.
Poseen una conciencia interdimensional. Algunos tienen recuerdos de sus experiencias antes de encarnar (es decir, antes de venir a esta vida) y muchos ya son concientes de cuál es su misión en la Tierra. Muchas veces tienen conocimientos o sabiduría que trasciende su experiencia inmediata y su edad cronológica.
En resumen, se podría afirmar que los niños índigo nacen en cualquier clase socioeconómica y se caracterizan, básicamente, por poseer un nuevo estado de conciencia. La llegada de estos "nuevos hombres" no es casualidad: tendrían una tarea muy específica por delante:
"Son puentes entre la tercera y cuarta dimensión, y activan el verdadero cambio en el seno mismo de la familia, en el hogar" (Cabobianco, 1991).
De tal forma, que su comportamiento atípico solo es un cuestionamiento a los paradigmas existentes.
Conclusiones.
Es indudable que en la actualidad el ser humano no solo busca la gratificación de sus necesidades físicas, emocionales, sociales, etc., sino que también existe una preocupación, real, por lograr la trascendencia y su desarrollo espiritual.
La psicología está atenta a este hecho y así por ejemplo la psicología transpersonal aporta una nueva mirada, integral y energética del ser humano, y de los conceptos de salud y enfermedad psíquica.
Desde este punto de vista el hombre es un ser que posee un núcleo esencial y que en el transcurso de su existencia tendrá la posibilidad de desplegarlo. Este núcleo esencial o verdadero ser, trasciende la personalidad y a la vez lo conecta con las leyes del universo que tienden a armonizarlo. Siendo que muchas de sus conclusiones han sido verificadas en diversos estudios (por ejemplo, los trabajos de Walsh, 1992).
Ahora bien, si recordamos que la ciencia es el conjunto de conocimientos susceptibles de probarse, de ser sistematizados, realizables y dirigidos a objetos de una misma naturaleza y que esta serie de conocimientos pueden ser ciertos o probables, racionales, sistematizados y verificables, dirigidos a objetos de igual naturaleza.
Se puede observar que el concepto de niños índigo no cumple estas características, dado que sobre todo, no pueden ser verificables, ni comprobables, los fundamentos en que se sustenta la explicación del comportamiento de este tipo de niños.
Además si se analizan, las características propuestas para definir a un niño índigo, con un "ojo" crítico, se puede concluir que simplemente se están definiendo de una manera "positiva" los comportamientos propuestos para diagnosticar a un niño con trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Por ejemplo, Carrol et al (2001) especifica que este tipo de niños se frustran con sistemas rituales que no requieren pensamiento creativo, lo que el DSM IV (APA, 1995) llama un factor de desatención al evitar, disgustarle o ser renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
Para tratar de diferenciarse del criterio nosológico, presuponen que hay "muchas" tareas que no requieren un pensamiento creativo y por eso el niño índigo se rebela a realizarlas. No aportando estudios que avalen este hecho, por lo que pareciera que solo se trata de "justificar" la conducta de ese niño.
En ese sentido, la pregunta a plantearse debe ser:
¿es factible lograr una adaptación plena y funcional al medio ambiente, solo con un pensamiento creativo o solo ejecutando conductas creativas?
La respuesta es NO. Un desarrollo normal implica la ejecución de una serie de conductas habituales y estereotipadas, así como la presencia de comportamientos creativos y espontáneos.
Apegarse a cualquier polo es disfuncional.
Este mismo análisis se podría realizar con cada una de las características que se proponen para definir a un niño índigo. Por lo que la conclusión de la autora de este artículo es que no existen elementos suficientes que avalen el hecho de crear una categoría especial y diferencial entre los niños índigo y los niños diagnosticados con trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Por lo tanto, si ya se tiene una categoría diagnóstica (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) que esta sustentada por diversos estudios y ha sido útil para comprender el comportamiento de estos niños, no es viable cambiarla por otra, con elementos más subjetivos y no demostrables.
Pareciera ser, que tratar de apegarse al término de niños índigos, es una intelectualización por parte de los padres o de un sector de la población para bajar la ansiedad y los conflictos que generan estos niños, al considerarlos "especiales o únicos".
Aspecto que se refuerza por la ideología del New Age, pues como se describió anteriormente, su finalidad es la creación de un "mundo sin dolor", más espiritual, sin centrarse en los aspectos que se podrían definir como "terrenales"
Además, se considera que no es válido apegarse a esta ideología por la simple razón de los efectos secundarios que puede conllevar el tratamiento con ritalin, pues, por una parte, es importante anotar que no en todos los casos se presentan dichos efectos y, por otra parte, los avances de la ciencia son muy rápidos y ya en la actualidad existen otras alternativas psicofarmacológicas.
Sea como fuere, también es esencial anotar que no por el simple hecho de invalidar el concepto de niño índigo se deben rechazar todas las aportaciones del campo esotérico pues el conocimiento del mundo y la naturaleza no solo puede ser abarcado por la ciencia pragmática, lo único que hay que estar atento es que el conocimiento subjetivo este suficientemente avalado por la lógica y la razón.
Bibliografía.
Aisenberg, S. y Melamud, E. (2003) Niños Índigo. Nuevos seres para una nueva tierra. Buenos Aires, Argentina: Kier.
Anodea, J. (2000). New Age. New York, USA: Robin Book.
Asociación Psiquiátrica Americana (1995) Manual diagnóstico estadístico para las enfermedades mentales (DSM – IV). México, D. F.: Masson.
Cabobianco, F. (1991). Vengo del Sol. Buenos Aires, Argentina: Longseller.
Carrol, L y Tobber, J. (2001). Los Niños Índigo. Barcelona, España: Obelisco.
Chapman, W. (2001). Introduction to indigo children – what´s an indigo child? (On line) Disponible en: http://www.cultivaelespiritu.com (2, 04, 2006).
Goldman, L. S.; Genel, M.; Bezman, R. J. y Slanetz, P. J. (1998). "Diagnosis and treatment of attention-deficit/hyperactivity disorder in children and adolescent". Journal of the American Medical Association, 279, pp.1100-1107.
Lamare, D. (2001). Tiempo de desapego. Buenos Aires, Arg.: Santa Fe.
Las Heras, A. (2002). Parapsicología:de la magia y la hechicería a las curaciones paranormales. Barcelona, España: Tusquets.
Llinares, N. (2001) Niños Índigo. Guía para padres, terapeutas y educadores. México, D. F.: Expo-ser..
MTA Cooperative Group. (1999). "A 14-month randomized clinical trial of treatment strategies for attention-deficit/hyperactivity disorder". Archives of General Psychiatry. 56, pp. 1073-1086.
Piedrafita Moreno, J. M. (2001) Niños Índigo. Educar en la nueva vibración. Zaragoza, España: Vésica Piscis.
Solari Parravicini, B. (2001) El testamento profético. Buenos Aires, Argentina; Kier.
Spencer, T.; Biederman, J.; Wilens, T. E.; Harding, M.; O’Donnell, D. y Griffin, S. (1996). "Pharmacotherapy of attention-deficit disorder across the life cycle". Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatr. 35 (4), pp. 409-432.
Swanson, J. M.; Kraemer, H. C.; Hinshaw, S. P.; Arnold, L. E.; Conners, C. K. y Abikoff, H. B., (2001). "Clinical relevance of the primary findings of the MTA: Success rates based on severity of ADHD and ODD symptoms at the end of treatment". Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry. 40, pp.168-179.
Tappe, N. A. (1982) Understanding Your Life Through Color. New York, USA: Starling Pub.
Tober, J. y Carroll, L. (1999) Indigo Children. The new kids have arrived. Carlsbad, USA: The House Inc.
Vidal de Teneiro, I. (2001). Alerta! New Age. Florida, USA: Florida Center for Peace.
Walsh, R. (1992) "The Search for Synthesis" Journal of Humanistic Psychology. vol.32, nº.1, pp. 19-45.
*Este artículo fue publicado originalmente en la página web del Instituto Mexicano de la Pareja y reproducido con autorización de la autora.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)