26.5.06

"Niños índigo" o nuevo racismo en la escuela

Carlos Schulmaister

Pseudociencia, ocultismo, estolidez y mercantilismo posmoderno amalgaman el fraude de los niños índigo, enviados a la Tierra por una gentil y amorosa entidad extraterrestre llamada Kryon, cuya morada es el segundo Sol y que desde 1991 habitó entre nosotros "para conducirnos a la alta energía de la Nueva Era".

En 1982, una "espiritualista" estadounidense, tras recibir las canalizaciones telepáticas de Kryon, el Jefe del Servicio Magnético, reveló su existencia en un libro prescindible pero muy celebrado por inescrupulosos, chamanes e incautos varios. El naciente mito engordó con sendos libros de unos pocos autoelegidos que reprodujeron y ampliaron la impostura original con nuevas revelaciones e informaciones de fuentes tan falsas como inverificables. Tras esos apóstoles arribaron cientos de predicadores, compiladores, glosadores y canonistas de las sagradas escrituras índigas. Finalmente, miles de gurúes se establecieron como especialistas y terapeutas del fenómeno índigo, asesores de padres, epistemólogos y sistematizadores del corpus disciplinar y formadores de miles y más miles de adeptos y multiplicadores actualmente en posesión de engañosos diplomas de tecnicatura, licenciatura, maestría y doctorado en niños índigo. Semejante engañifa brinda millonarias ganancias a las industrias culturales de libros, revistas, programación televisiva, sitios de Internet, educación formal y no formal, derechos autorales y de transmisión, etc.

Su aura (otro embuste) sería azul violácea (índigo), y serían superiores a los niños normales por sus "facultades superespeciales" biopsicosocioespirituales, constituyendo "una nueva raza de superhombres y superdotados con altos grados de espiritualidad y facultades "psi" inscriptas en su ADN" (¡¿...?!). ¡Pues sí, serían mutantes...! "habiéndose determinado" que la estructura de su ADN es diferente de la humana pues ("tienen cuatro ácidos nucleicos combinados en grupos de tres a tres que producen veinticuatro codones; cuatro codones más que el hombre corriente"). Científicamente un absurdo, pues entonces no serían humanos ni podrían ser engendrados por éstos, además de que las combinaciones de los codones son sesenta y cuatro y no veinte, en tanto que los ácidos nucleicos son dos y no cuatro.

"Pueden tener un ligero abultamiento del lóbulo frontal y son de ojos grandes... su superioridad genética les confiere un sistema inmunológico más fuerte de modo que no se enfermarían nunca...". "Tienen facultades de telekinesis, clariaudiencia, clarividencia, telepatía, sanación espiritual, pueden leer un papel escrito cuando se lo colocan en su oído o con sólo tocarlo, pueden ver seres de otras dimensiones y hacer viajes astrales".

No existe en pediatría ninguna referencia a fenómenos índigo ni jamás se detectó una categoría objetiva distinta de la diversidad humana hasta ahora conocida. No obstante, las librerías sorprenden con sus renovadas ofertas que incluyen pavadas como que el 80% de los niños del mundo son índigo (aunque los exámenes de ingreso a la universidad no parecen demostrarlo). En la web hallaremos las últimas canalizaciones de Kryon para "activar la tercera capa del ADN" y "el círculo de la energía" y "para modificar la rejilla magnética del planeta en nuestro camino hacia la iluminación..."; y nuevas revelaciones sobre la Atlántida; o que "estos niños ya han pasado por la tercera dimensión y hay otros que vienen de otro planeta, enviados por otras entidades superiores como la Virgen María y El Grupo: una colectividad de ángeles que canalizan telepáticamente con alguien devenido en millonario escriba desde entonces (confirmando así que los ángeles traen suerte).

Los otros superniños serían los "niños cristal" (¡Jesús sería uno de ellos!) o "niños de la nueva Tierra"; los "niños psíquicos" o "niños de las estrellas", muy sensibles y extremadamente poderosos; los "crystal scauters", que vienen del espacio a examinar el agua y sembrar semillas; los "niños diamante", de aura multicolor; los "niños platino", que serían similares a los cristal pero diferentes a ellos al poder existir en dos dimensiones simultáneamente gracias a que poseen aura con rayos luminosos entre amarillo y blanco; lo "crystals walkins", quienes encarnarían como adultos con vibración de cristal; los "crystal erders", algunos de los cuales serían humanos (¡...!). Sin olvidar los "niños súper psíquicos" de China que serían (¡siempre serían!) niños que sólo nacen en ese país y tienen poderes paranormales.

Ellos son "una nueva raza que habrá de repercutir en nuevos paradigmas educacionales, políticos, sociales y religiosos y que incidirá directamente en nuestro sistema de creencias". ¡Increíble reciclamiento de la superchería nazi de la superioridad biológica, psicológica y cultural de la raza germánica por descender de extraterrestres que habrían creado las civilizaciones de Thule y la Atlántida, lo cual les confería derecho de exterminio, dominio y explotación sobre los subhombres terrestres!
Según llevamos visto, estos "saberes" no serían humanos sino revelaciones divinas. Entonces, como cualquier artículo de fe religioso, discurre por andariveles ajenos al conocimiento científico. Así lo estableció definitivamente nuestra imperfecta civilización en los siglos XIX y XX, consagrando el principio de la enseñanza laica, mal grado los fundamentalistas e integristas que no aceptaron que el mundo del Estado y el de los dioses no deben interferirse.
Siendo así, no se explica que tan delirante mistificación campee por sus fueros en la escuela pública argentina, donde cándidos docentes pasmosamente crédulos se arriesgan a identificar a ojo de buen cubero la variopinta gama de presuntos superniños, sin antes fotografiar su aura como indica el Manual Indigo: con la imprescindible aunque inhallable cámara Kirlian (salvo que se las compre el gobierno), basándose únicamente en reconocer a los aburridos en clase, con déficit atencional, problemas de socialización con pares y autoridades, rechazo de reglas y normas disciplinarias, hiperactividad y otras novedades índigas del tipo "les gusta ser autores y no seguidores; son muy sensibles a los estímulos y tienen sus sentidos más desarrollados que el promedio habitual; muchas veces tienen conocimientos o sabiduría que trasciende su experiencia inmediata y su edad cronológica; como poseen una mirada diferente de la vida tienen otras prioridades, valores y necesidades; suelen percibir cómo está un lugar y la gente presente en el mismo sin que esté expresado o claramente en evidencia, etc."

Para los maestros de antaño los síntomas primeramente mencionados siempre fueron frecuentes y normales, y casi siempre subsanables, pero hoy, sumados a los nuevos indicios (¡pura fábula!), les permiten a los creyentes en este fraude diagnosticar que tal o cual alumno es un niño extraterrestre cuyos padres jamás creerán que fue concebido por obra y gracia del espíritu de Kryon o de otra entidad superior. Pero ellos tampoco pues ignoran esa parte.

Tras esta avanzada escolar está el Proyecto Indigo Internacional, impulsando la formación y capacitación permanente de maestros, padres, psicólogos y pediatras sobre niños con déficit atencional y/o hiperactividad "conocidos internacionalmente, hoy, como niños índigo"; expresión para confundirlos al equiparar a los índigos (un fraude) con los primeros (un cuadro clínico real) e inducirles desconfianza en la competencia y eficacia de la medicina científica en materia de salud infantil. Sus cursos y talleres típicos son "Formadores índigo", "Quiénes son los nuevos niños", "Niños índigo: taller de educación", "Programa especial para educadores y colegios", "Herramientas para la nueva educación - taller vivencial", "Niños índigo. Educar en la nueva vibración", "La sieta de los índigo", etc, impartidos por entrenadores en programación neurolingüística, terapeutas transpersonales, parapsicólogos, angeólogos, naturistas, radiestesistas, "investigadores" de lo paranormal, espiritualistas, homeópatas, cuánticos, terapeutas florales, cantantes líricos, entrenadores de reiki y de yoga, armonizadores energéticos, profesores de idioma, de cerámica, ¡y maestras jardineras!

Entre nosotros esta pseudociencia es impulsada por la Asociación Marplatense de Educadores de Nivel Inicial (AMENI), y por la Unión Nacional de Asociaciones de Educadores de Nivel Inicial (UNADENI) mediante su sitio web y sus regionales, siendo su principal objetivo la autonomía total del nivel inicial. La regional Comahue tiene delegaciones en San Martín de los Andes, Santa Rosa, General Pico, Bariloche, El Bolsón, Allen, General Roca y Choele Choel.
Los sitios web para maestros evitan referencias esotéricas o new age, especialmente su extraterraquealidad (¡glup!), conservando el tópico de los niños diferentes y superdotados para esquivar la presumible incredulidad y rechazo de aquellos si conocieran todos los ingredientes del fraude. Evidencia de la astucia de los altos conductores en las sombras para inducir adhesiones sobre la base de dos claves de texto: una completa para prosélitos y otra descafeinada para maestros.
Zonalmente ya hay reuniones de maestros convencidos de no estar preparados ante la supuesta problemática, aduciendo que el proyecto igualitario y homogeneizador de la escuela no atiende la diversidad cultural ni las individualidades, por lo cual demandan respuestas oficiales. ¿Crearán entonces la Dinine (Dirección de Nivel Inicial de Niños Extraterrestres)? ¿Y seguidamente una jerarquizada Subsecretaría de Cultura de la Nueva Era que promueva talleres de medicina alternativa, vidas pasadas, karma, aura, armonización, reiki, vibración, energía, telekinesis, telepatía, chakras, etc?

Cuando la tendencia al facilismo pedagógico de los '80 llevó a enseñar y aprender menos contenidos con menor calidad; adoptando estándares decrecientes de exigencia de rendimiento intelectual; promoviendo a toda costa para encubrir deserción y desgranamiento escolares; empleando recordadas linduras -muchas vigentes aún- que aburrían a alumnos cada vez menos preparados; la inmediata reacción de muchísimos padres fue expresar su preocupación y disconformidad en las escuelas y en todas partes porque los alumnos más capaces eran nivelados a la baja y sólo muy pocos podían tener maestros particulares o cambiarse de escuelas o colegios. Por entonces la respuesta promedio fue -desde un lugar autopercibido como "progresista"- que atender las individualidades era una pretensión pequeño burguesa, de padres de clase media o aspirantes a serlo. ¡Había sonado la hora de la reforma! ¡Y después vino la escuela contenedora! Hoy, muchos de aquellos reformadores, olvidados y superados de sus invectivas de otrora contra la dependencia cultural, y ufanos posmodernos, perciben a la New Age -hija del supraconsumo, el hartazgo y el extravío de la razón primermundista, además de útero de los niños índigo- ¡como un nuevo camino de apertura progresista y liberación universal! Lo real es que aquella respuesta de ayer a los padres y la actual aceptación de esta impostura no sólo son históricamente contradictorias sino, a pesar de las apariencias, profundamente reaccionarias, pero por lo mismo muy coherentes.

El tema amerita filmar "La invasión de los niños índigo", incluyendo un glorioso Día de la Independencia y un cerrado aplauso en la oscuridad de la sala coronando el triunfo final de la humanidad globalizada. Pues que la hagan en EE. UU. si quieren; lo triste sería que nosotros lo tomáramos a la chacota ya que es algo muy peligroso: primero, por sus fines explícitos e implícitos que arriesgan derechos básicos de sus destinatarios inmediatos, por su misma fragilidad y por su inexorable discriminación en "niños índigo" racialmente superiores y humanos comunes e inferiores, además de amenazar su salud pues el proyecto aconseja quitarles las medicaciones convencionales que se les administrasen pues no las necesitan al ser inmunes a las enfermedades; segundo, por mostrar la endeble capacidad de discernir lo verdadero de lo falso de los docentes que crean y secunden este engaño; tercero, por la amenaza a la sociedad nacional en el marco de nuestra creciente pérdida del rumbo educativo; y cuarto, por el solapado modus operandi de sus promotores a gran escala.
Pareciera entonces que estamos ante un grave problema de Estado. ¿Creerán lo mismo todos los responsables?

(Nota del Editor: articulo replicado con permiso del autor. Publicado originalmente el Lunes 12 de setiembre de 2005 en el diario Río Negro On Line)

23.5.06

Desde México Indigo Con-ciencia

La bitácora LabJournal publicó dos muy buenas entradas analizando muy claramente algunos aspectos específicos del fraude de los Niños Índigo.

En la primera, llamada "Niños Índigo, ¿aberraciones genéticas?", nuestro amigo Edgardo Sepúlveda profundiza sobre el carácter genético de estos niños. Nos dice:

"... en su afán de dar validez científica a su teoría, los defensores de los niños índigo han esparcido los resultados de supuestas investigaciones que demuestran cambios a nivel genético en estos. "

Para luego pasar a analizar detenidamente las afirmaciones pseudocientíficas que sustentarían las supuestas diferencias genéticas de los Niños Índigo. Si bien el tema es complejo por su aspecto técnico, el tópico está explicado muy claramente y acompañado por ilustraciones. Sería interesante que aquellos "escribidores" de libros New Age le respondieran a Edgardo ¡o que reconocieran que son estafadores!

La segunda entrada es igualmente interesante "El Fraude de los Niños Índigo y el Rigor Científico". Se centra en discutir una mentira recurrente de la New Age "esta demostrado en una investigación de la Universidad de California". Este recurso es tan frecuente que imagino que la UCLA debe tener una oficina sólo para responder a los ingenuos que solicitan esos estudios. En este caso Edgardo se ocupó de buscar en las bases de datos de estudios científicos de medicina cuántos artículos trataban la problemática "Niño Índigo", ya que el 80% de los niños nacidos desde la década de 1980 serían N.I.
¿adivinan cuántos pediatras presentaron estudios al respecto? ... si ... ¡ninguno! Los médicos que diariamente atienden a decenas de niños todavía no se han topado con un solo caso.
Esta entrada, igualmente ilustrada, además está acompañada por una clara explicación acerca de cómo usted mismo puede realizar esa búsqueda.

En síntesis, le recomiendo que visite el blog LabJournal y que lea atentamente las dos entradas sobre Niños Índigo, mientras esperamos ansiosamente la tercera que voy a comentar en una actualización de esta misma nota. CARLOS A. QUINTANA